Cientos de burrillos tomaron ayer
las calles de la ciudad del Nobel para celebrar el aniversario del nacimiento
de Juan Ramón Jiménez con una multitudinaria cabalgata que se cerró con una
exitosa verbena popular. Los participantes iban vestidos de personajes del
Belén y algunos también con trajes de la época en la que se escribió ‘Platero y
yo’.
Moguer ameneció ayer tomado por
una multitudinaria cabalgata de tiernos burrillos que se concentraron en las
inmediaciones de la casa museo, para iniciar desde la misma cuadra de Platero
el recorrido por las calles y plazas de la localidad. El
pistoletazo de salida se dio con la lectura de varios pasajes de la ‘elejía
andaluza’ en la que participó el propio alcalde Gustavo Cuéllar, poniendo voz a
las palabras del poeta moguereño en el 134 aniversario de su nacimiento, junto
a varios pequeños admiradores del borriquillo.
Niños y niñas vestidos de campesinos, de pastores, o ataviados como el propio Juan Ramón Jiménez y su compañera Zenobia Camprubí, llenaron ayer de fiesta las calles y plazas de una localidad, que volvió a echarse literalmente a la calle para disfrutar de esta singular iniciativa, en la que destaca la implicación cada vez más notable de los moguereños y moguereños.
Esta cabalgata, que se detuvo
como no podía ser de otra forma en la casa en la que vio la luz el poeta
moguereño el 23 de diciembre de 1881, forma parte de la programación navideña
que promueve la Asociación de la Pequeña y la Mediana Empresa
local junto al Centro Comercial Abierto de Moguer, en colaboración con el
Ayuntamiento y con el patrocinio de las cooperativas Cuna de Platero y Grufesa.
Este año como novedad, el broche
final a este gran desfile navideño se puso en una abarrotada plaza del Marqués,
donde se programaron distintas actuaciones, entre ellas la del coro de la
asociación ‘Andaluz Universal’ y la de la Banda Elemental y
el coro infantil del Liceo Municipal de la Música de Moguer, que llenaron de
animación una ciudad que vive con especial intensidad estas fiestas tan
entrañables. En este sentido destacar el debut como director de la banda del
joven José Antonio Márquez, pianista y componente del Liceo, que asumió tan
importante responsabilidad con tan solo 21 años.