El
alcalde de Moguer Gustavo Cuéllar ha mostrado su solidaridad con los afectados
por el incendio de varias chabolas en la zona del polígono Los Arroyos, y ha lamentado
una vez más la falta de coordinación entre todas las administraciones para
buscar una solución a la problemática de los asentamientos ilegales.
Gustavo Cuéllar, alcalde de Moguer. |
El primer mandatario
local ha lamentado “el incendio que ha afectado a una veintena de chabolas
ubicadas en la zona sur del polígono Los Arroyos y sobre todo los daños
personales ocasionados a dos de sus ocupantes”. El suceso se produjo sobre las
5 horas de ayer domingo cuando por causas que aún se desconocen, comenzó a
arder uno de los pocos asentamientos ilegales que aún existen en el término
moguereño, con el resultado final de una veintena de chabolas destruidas.
Debido a la gran
volatilidad de los materiales empleados en estas precarias construcciones, como
son maderas, plásticos y cartones, el fuego se propagó con gran rapidez y acabó
destruyendo totalmente este grupo de chabolas en el que vivían en precarias
condiciones casi medio centenar de extranjeros.
La gran demanda de mano
de obra para las plantaciones agrícolas de la comarca trae consigo una gran
afluencia de personas de otras nacionalidades, que en ocasiones optan por
construir estas precarias estructuras chabolistas a modo de lugar de
residencia, unas estructuras que suponen un grave peligro para la salubridad de
los propios ocupantes y del medio ambiente al carecer de ningún tipo de
servicio ni garantía sanitaria, y un evidente peligro para su propia integridad
física como se ha podido comprobar de nuevo desgraciadamente con el incendio
que ha arrasado estas precarias construcciones.
Para el primer
mandatario local “todas las personas tienen el derecho a aspirar a una vida
mejor, y somos conscientes de que nuestra tierra es muy atractiva para quienes
dependen del trabajo agrícola para lograr subsistir, pero no podemos permitir
que sigan proliferando este tipo de concentraciones chabolistas que en nada
benefician a las personas que deben malvivir en ellas con el peligro latente de
cualquier tipo de infección o de un incendio como el que se produjo ayer”.
Desde el año 2011 el
Ayuntamiento de Moguer puso en marcha en colaboración con las asociaciones
solidarias y con las que trabajan directamente apoyando a los colectivos
inmigrantes, un protocolo de actuación que incluye desde información sobre
otros posibles alojamientos o traslados a nuevas zonas de demanda de mano de
obra, hasta la aportación de productos básicos de alimentación, y aseo para las
personas afectadas, que ha permitido desmontar ya en torno al 80% del millar de
chabolas ilegales que se habían detectado en el término moguereño.
De cualquier manera, el
alcalde de Moguer destacaba “la dificultad que tenemos los ayuntamientos
afectados para poder desarrollar este tipo de actuaciones de recuperación y
limpieza tanto en montes públicos como en fincas privadas, ya que además
de los cuantiosos gastos que supone el desmontaje y el reciclado de los
materiales de estas chabolas, unos gastos que debemos asumir sin contar con
apoyo ni ayuda de las administraciones verdaderamente competentes en esta
materia, desde la subdelegación del Gobierno se insiste en la necesidad de
contar con autorización judicial para cualquier intervención en estas
construcciones, lo que supone un problema añadido para poder ejecutar un plan
integral sobre estas precarias estructuras cuyo peligro para las personas que
en ellas residen volvió a quedar demostrado desgraciadamente en la madrugada de
ayer”.
Cuatro dotaciones de
bomberos acudieron inmediatamente a la zona del polígono Los Arroyos y lograron
controlar y extinguir el incendio pasadas ya las 9 de la mañana, en un operativo
en el que también participaron la Guardia Civil y la Policía Local de Moguer.
Desde el área municipal
de Servicios Sociales se viene trabajando desde ese momento en colaboración con
la asociación de senegaleses Diappo, con la asociación ACCEM, y con entidades
como el Banco de Alimentos o Cáritas Parroquial para aportar al medio centenar
de personas afectadas alimentos, mantas, ropa, duchas y artículos de aseo,
además de canalizarse a través del EDATE las tramitaciones de los documentos
identificativos de estas personas que ardieron en el incendio.