Moguer se echó ayer la calle para
acompañar a su Patrona en el traslado hasta la ermita de Montemayor y poder
disfrutar de un multitudinario recorrido, que ha estado marcado este año de
manera especial por la presencia del Obispo de Huelva José Vilaplana, de visita
Pastoral en nuestra localidad.
Arropada por la devoción de su
pueblo y conducida por sus fieles costaleros, la Virgen abandonaba a las tres
de la tarde la iglesia parroquial para iniciar a continuación el recorrido que
le llevaría de vuelta a su casa chica.
El máximo responsable de la
Diócesis de Huelva, acompañado por el párroco José Manuel Raposo y el hermano
mayor de la Matriz Joaquín Luis Domínguez, fue testigo del emotivo momento en
el que los costaleros alzaron al cielo a su Patrona para bajarla del altar
mayor y conducirla por las calles del centro.
Entre una multitud de fieles, la
comitiva fue despedida por los rocieros moguereños que se congregaron en su
casa hermandad, para escuchar unos minutos más tarde las sevillanas que una
siempre racial y entregada Mª Ángeles Cruzado dedicaba a su Virgen Chiquita,
recibiendo las felicitaciones del propio Obispo, que quiso acompañar a los
moguereños y moguereñas durante parte del recorrido.
Detenidos en el Ayuntamiento, el
acalde Gustavo Cuéllar invitó al Obispo José Vilaplana a participar en la
entrega de un ramo de flores a la Virgen, en un acto que simboliza el amor y la
devoción de un pueblo a su Patrona.
El recorrido de despedida por las
calles de Moguer se vio engrandecido con la participación de numerosos artistas
locales, que salieron al paso de su Señora para dedicarle emocionadas letras,
que arrancaron los aplausos y los vivas de los asistentes.
En el camino de arena que nos lleva
hasta el Coto una cuadrilla de mujeres se colocó bajos los varales del paso
para llevar a su Patrona durante buena parte del trayecto, sintiendo bajo sus
hombros la responsabilidad y el orgullo de poder llevarla.
Tras cuatro horas de intenso
recorrido la Virgen, acompañada por la directiva de la Hermandad Matriz y por
los Mayordomos de 2017, Francisco Márquez y Mª Dolores Saa, hacía su entrada en
la ermita entre los sones del tamboril y la flauta, y los aplausos de los
cientos de moguereños que esperaban ansiosos su llegada en la explanada de la
ermita.
Antes de cruzar las puertas del
templo y siempre mirando de frente a su pueblo, la Virgen fue objeto de nuevas
muestras de devoción y cariño, protagonizadas en este caso por la joven Rocío
Gómez, que consiguió con su voz despertar la emoción y la ovación del público,
la misma emoción que despertó Lorena Fradejas en el interior del templo.
Entre vivas y sonoros aplausos
que hicieron temblar de emoción al propio templo, la Virgen hizo su entrada en
la ermita para ocupar el altar mayor, donde esperará a que llegue la próxima
primavera para presidir los actos que se celebren en su honor durante la
romería de Montemayor.
Presentación de los niños a la
Virgen
La devoción a la Patrona de
Moguer se sigue transmitiendo de padres a hijos y buena prueba de ello es el
siempre emotivo acto de presentación a la Virgen de los bebés que han sido
bautizados este año en nuestra localidad. Todos los pequeños recibieron como
recuerdo la medalla de la Hermandad de Montemayor, organizadora del acto.
El pasado sábado, y como anticipo
al traslado de nuestra Patrona, se congregaron en la iglesia parroquial
alrededor de 120 niños y niñas que podrán presumir de haber recibido la
bendición de manos del mismísimo Obispo de Huelva José Vilaplana, que presidió
este entrañable momento junto al párroco José Manuel Raposo y al vicario José
María Guzmán.