El arte, el embrujo y
la gracia del pueblo gaditano fueron este lunes protagonistas en el brillante espectáculo
que nos regaló el grupo Toma Castaña, una agrupación que conquistó a los
cientos de moguereños que se congregaron en la plaza del Cabildo, para
disfrutar de la esencia y el sentir de esta formación musical.
Reunidos en torno a una
hoguera, inundaron de sones flamencos la navidad moguereña fusionando su pureza
con instrumentos en principio ajenos al mundo del cante jondo como el violín,
el piano o el acordeón.
Una sofisticación
musical llena de fuerza y compás, que nos trasladó a los barrios de la Viña o
Santa María, para rendirnos a la pureza y a la gracia genuina de estos
gaditanos, que unían el cante con improvisados y jaleados bailes.
No solo cantaron ellos,
también lo hizo el público, animado por un genial director de orquesta que los alentó
a entonar conocidos villancicos que unieron a Moguer con Cádiz.
A este exquisito
recital se sumó el grupo ‘Al compás de la Navidad’, una agrupación onubense
integrada por varios moguereños, que volvieron a demostrar su maestría y su
potencial vocal, abanderando un estilo musical muy personal que despertó la
ovación del público.
Una brillante
representación de nuestra tierra, que contó además con la improvisada
participación de la bailaora María Canea.
La concejala de
Juventud Eva Rodríguez, responsable del área que ha organizado esta
multitudinaria y exitosa actividad, no faltó a la cita y lo hizo acompañada por
la edil Rocío Domínguez, con quien compartió este momento tan especial en un
Moguer festivo que se echó a la calle para disfrutar del color y la animación
que inundan las calles y plazas de la localidad.
Con una fiesta por
bulerías el grupo Toma Castaña dijo adiós, llevándose a la Tacita de Plata el
aplauso y la admiración de cientos de moguereños y moguereñas que no olvidarán
el nombre de esta agrupación.