Lleva así mucho tiempo,
no me atrevo a decir cuánto, pero hace tres semanas pasé por allí y estaba en
las mismas condiciones. Está situada en la avenida Fuentepiña (Mazagón), una calle
peatonal donde los niños juegan mientras sus padres toman el aperitivo en las
terrazas de los bares. Esta farola, que tiene tensión, despierta la curiosidad de los niños y el
asombro de los padres, que no comprenden que después de tanto tiempo las
autoridades municipales no se hayan preocupado en solucionarlo.