A cualquiera se le pone la carne de
gallina cuando ve pasar a un niño cerca
de una de estas farolas del parque público de Mazagón. Las tapas de registro
han desaparecido y han colocado un su
lugar cinta aislante; que bien con el paso del tiempo o por la propia
curiosidad de los niños, se ha ido despegando y dejando al descubierto los
cables conductores de la electricidad, como muestran las fotografías. Por las
tardes, con la humedad que hay en la zona el peligro de electrocución se
potencia y esperemos que no tengamos que lamentar una desgracia.
Como estamos convencidos que las
autoridades van a solucionar este problema a la mayor brevedad posible, no
creemos oportuno divulgarlo en otros medios de comunicación para no crear
alarma social y no dañar más la imagen de Mazagón.
José Antonio Mayo