Como los años
anteriores, a las doce menos veinte, me presenté en el parque de Mazagón para
esperar a los amigos motoristas y salir de ruta, en estas que asomo al parque y
aquello era un hervidero de gente con moto, y eso no era todo, no paraban de
llegar mas moteros, he de confesar que me sentí algo abrumado por la
responsabilidad, al final salimos para el Camping Doñana a las doce y cuarto,
hay que señalar que el día estaba fantástico. Una vez llegados al camping,
aparcamos las motos y bajamos a la playa a visitar las ruinas de Torre del Oro,
donde se hicieron multitud de fotos y la típica foto de grupo, aunque mucha
gente prefirió quedarse en el bar, ante la vista de la bajada y posterior
subida desde la playa. En el bar del camping Doñana, echamos un rato para tomar
un refrigerio y a la una y media, tocaba arrancar de nuevo y llegar a Mazagón,
donde nos esperaban los bares de la calle El Negro, ahí cada cual se distribuyó
a su libre albedrío entre los bares y entre pitos y flautas, a algunos nos dio
las siete de la tarde.
En definitiva, un gran
día rodeado de amigos, y poniendo una nota de color y el sonido de los motores
a Mazagón, que en esta primavera sale de su letargo invernal. También quiero
dar las gracias a todos los amigos que nos visitaron y a los locales de la
calle El Negro: Salsa Brava, Luxury, Casa Ginés, London Street y Vinoteca, por
colaborar siempre con nosotros y aguantar a tanto gamberro barbudo y a la gente
de la mancomunidad, que siempre nos echan un cable.