MESA DE LA RIA
CONSIDERA QUE EL MINISTERIO TIENE QUE DENEGAR LA DECLARACIÓN DE IMPACTO
AMBIENTAL PARA ENTERRAR LOS FOSFOYESOS DE FERTIBERIA.
La Dirección General de
Costas se queda sola con un proyecto “muerto” que hace aguas por todos lados
que supone riesgos similares a Castor.
Mesa de la Ría felicita
a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento de Huelva por las alegaciones
presentadas contra el proyecto de la cápita de tierra de Villar Mir que de
aprobarse por el Ministerio arruinaría las marismas del Tinto para las
futuras generaciones.
El colectivo ciudadano
considera que con esta batería de alegaciones realizadas por diferentes
administraciones, especialistas y colectivos, junto a las 3.500 presentadas por
la ciudadanía, al Ministerio no le queda otra, que denegar la Declaración de
Impacto ambiental (DIA), como ya denegó la del Dragado del Guadalquivir o la
del proyecto en las marismas de “las Aletas” en Cádiz, y cómo debió hacer con
la declaración de Castor, en la que, un informe encargado por el Ministerio a
universidades americanas, ha determinado que deberían haberse estudiado las
fallas sísmicas de la zona para evitar terremotos.
Así, la alegación
número once de Mesa de la Ría, insta al Ministerio a que deniegue la
declaración de impacto del proyecto de tapado de los fosfoyesos, tras
descubrirse la existencia de dos fallas activas en la Ría de Huelva, teniendo
en consideración las recomendaciones que requiere ese estudio encargado por el
ministerio para Castor, para que no se requiera en más ocasiones realizar
“evaluaciones post-mortem” de proyectos constructivos como el que Fertiberia
presenta.
El informe Castor,
encargado por el Gobierno de España al Instituto Tecnológico de Massachusetts y
Universidad de Harvard (uno de los 29 anexos aportados por Mesa de la Ría en su
alegación), concluye destacando que Castor es el responsable de la sismicidad
inducida en la zona al reactivar una falla existente en el lecho marino.
Y termina, advirtiendo
que este trabajo, “se trata de una evaluación post-mortem del proyecto Castor,
que emplea nuevos paradigmas para integrar la geología, la geofísica y la
geomecánica del yacimiento”, ampliando que sus conclusiones apuntan a “la
necesidad de nuevas normas para cuantificar los riesgos de sismicidad asociados
a las operaciones subterráneas, especialmente en áreas donde existen fallas
activas”.
Por ello Mesa de la Ría
valora crucial estimar los riesgos de sismicidad inducida de las nuevas fallas
señaladas en el informe del Comité de expertos que el proyecto constructivo ni
el estudio de impacto ambiental de Fertiberia advierte, ni estudia, cuando con
sus vertidos de sólo varias décadas someten al estrecho relleno del estuario,
formado durante millones de años, a unas sobrecargas descomunales.