(Texto y fotos: José Antonio Mayo Abargues) Los niños se
la juegan en el parque público de Mazagón por el peligro que supone
acercarse a una de las numerosas farolas que se encuentran con los cables
descubiertos a la altura de los más pequeños. Llevan varios meses en estas
condiciones y parece ser que a nadie le importa la seguridad de los niños.
A cualquiera se le pone la carne de gallina cuando ve pasar a
un niño cerca de una de estas farolas. Las tapas de registro han desaparecido y
han colocado un su lugar cinta aislante; que bien con el paso del tiempo o por
la propia curiosidad de los niños, se ha ido despegando y dejando al
descubierto los cables conductores de la electricidad, como muestran las
fotografías.
Por las tardes, con la humedad que hay en la zona el peligro
de electrocución se potencia y esperemos que no tengamos que lamentar una
desgracia.
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