En Huelva, una ciudad al sur de España se encuentra la mayor
montaña tóxica de Europa. Son residuos de un par de empresas de fertilizantes
de un Polo Químico ubicado a pocos kilómetros del núcleo urbano que no tienen
ningún tipo de control de seguridad. Una de las compañías, Foret, desapareció y
la otra, Fertiberia, apenas tiene ya producción en Huelva. Sin embargo, nadie
se hace cargo de limpiar las más de 1.200 hectáreas de marismas donde se han
colocado los 120 millones de toneladas de fosfoyeso. El fosfoyeso es un residuo
tóxico que produce contaminación radioactiva. En las balsas de desechos se han
llegado a medir 150 veces por encima del valor máximo permitido de
radioactividad.
Ni las empresas ni las administraciones, local, autonómica o nacional, se hacen
cargo de retirar estos desechos y los vecinos de la localidad sufren sus
consecuencias. El índice de cáncer en Huelva está muy por encima de la media de
España y de Europa. La ciudadanía, cautivada por los puestos de trabajo que
facilitaba el Polo Químico durante décadas ha callado pero ahora no hay empleo
y los desechos radioactivos siguen ahí.
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