La hermandad del Rocío
de Moguer, cuarta en antigüedad y una de las de mayor solera y prestancia de
cuantas acuden a la romería de Pentecostés, se ha puesto en marcha esta mañana
para su encuentro con la Blanca Paloma con una comitiva compuesta por un
centenar de vehículos y casi 4.000 romeros.
La familia rociera de
Moguer ha celebrado a primera hora la misa de romeros presidida por la
directiva y el hermano mayor de la filial, Paco Cruz, y por una amplia
representación de la corporación local encabezada por el alcalde Gustavo
Cuéllar.
Tras el oficio
religioso la Fundación de Cultura repartió cientos de abanicos entre los
peregrinos para afrontar la calurosa jornada, y se inició el recorrido de
despedida por el pueblo, en el que el Simpecado de la filial moguereña, sobre
su impresionante Carretón de plata, recibió innumerables muestras de cariño y
devoción de un pueblo que lleva más de 300 años acudiendo a su cita con la Reina
de las Marismas.
Especialmente emotivo
fue el paso del Simpecado por el convento de las Hermanas de la Cruz, donde las
monjas de la congregación entonaron junto a los romeros una salve rociera que
hizo vibrar a todos los presentes.
La espectacular comitiva
de la hermandad del Rocío de Moguer en este camino 2017 está compuesta según
los datos facilitados por la junta directiva por casi 4.000 peregrinos y en
torno a un centenar de vehículos. De ellos destacan los más de 30 carros
tradicionales con tiros de mulos a la larga, que ofrecen ya por si solos un
verdadero espectáculo cada vez que toman una curva del recorrido, casi cuarenta
carretas más perfectamente engalanadas y tiradas por tractores, una docena de
manolas y charrets y un número similar de vehículos todoterreno. A todos ellos
hay que sumar los aproximadamente 200 caballos enjaezados que forman parte
también de esta comitiva rociera moguereña, convertida un año más en una de las
que mejor conserva las señas de identidad de esta ancestral peregrinación.
Otra de las
singularidades de la hermandad del Rocío de Moguer son los bueyes que
tradicionalmente tiran del carretón, dos nobles animales cuya magnífica doma a
cargo en esta ocasión de José El Cano, les permite ofrecer una estampa
verdaderamente singular que es seña de identidad de la filial moguereña.
En la puerta del
ayuntamiento el Simpecado ha recibido una ofrenda floral de manos del alcalde
Gustavo Cuéllar, entre cientos y cientos de romeros que han disfrutado también
de las sevillanas y la salve entonada por el coro del Hogar de Mayores Andaluz
Universal.
Tras la salida del
pueblo los rocieros se han despedido también de su patrona la Virgen de
Montemayor a su paso por la ermita, donde también se han vivido instantes de
gran emotividad y sentimiento cuando los romeros y romeras han mostrado sus
respetos a la Virgen Chiquita, realizando la primera parada de su camino
rociero. Después de rendir homenaje a la Patrona, la hermandad ha comenzado a
adentrarse en el hermoso camino de Moguer, una senda por la que desde hace
varios siglos transita la devoción moguereña hacia el Rocío.
Este año algunos tramos
del camino serán especialmente duros por la gran cantidad de arena y el fuerte
calor que se espera en estas jornadas, pero estos inconvenientes se afrontan
con ilusión y camaradería por una hermandad que debió modificar su itinerario
el año pasado por las lluvias, y recupera en este Rocío la ruta tradicional de
su camino.
A mediodía se realiza
la parada del almuerzo junto a la peana con la imagen de la Virgen en el
hermoso paraje de El Milanillo, reanudándose posteriormente la marcha que
conducirá a la familia rociera moguereña al Pino Gordo, lugar de pernoctación
de la hermandad, donde el Ayuntamiento de Moguer se ha encargado de instalar
casetas para los peregrinos, aportando también agua y contenedores de basura
para el servicio de la gran comitiva.
Tras una noche de
alegría y convivencia compartiendo su emoción y su devoción rociera, la
hermandad del Rocío de Moguer celebrará la misa del alba y afrontará el último
tramo de su camino que concluirá sobre las 3 de la tarde con la entrada en el
real de los peregrinos de la ciudad del poeta.
Luego vendrán momentos
de alegría y sana convivencia en torno a la devoción a la Blanca Paloma, ante
la que los rocieros moguereños se presentarán oficialmente a primera hora del
sábado en el cuarto lugar del orden de las filiales. Entre esos instantes
especialmente emotivos destaca sin duda la visita de la Reina de las Maristas a
la casa-hermandad moguereña situada a escasos metros de la ermita del Rocío,
momentos antes de su finalizar su procesión por la aldea el lunes de
Pentecostés, entre los vivas, aplausos y piropos de miles y miles de peregrinos
que reciben con enorme alegría a la Blanca Paloma, centro de la devoción
centenaria que Moguer profesa a la Virgen del Rocío.