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06 noviembre, 2017

¿Presos políticos o políticos presos?

Federico Soubrier
Desde luego no me gustaría volver a vivir en un país con presos políticos. Por suerte, aquellos tiempos pasaron aunque quedan genes heredados, demasiados, repartidos entre muchos de los que aún nos gobiernan.

Se me antoja que algunos de los que vivimos en la Mancomunidad de Mazagón, devorada a medias por los Ayuntamientos de Palos de la Frontera y Moguer, tenemos un sentimiento independentista que, si la Ley lo permitiera, votaríamos en un contenedor verde de vidrios y, siendo cuatro mil almas las censadas, podíamos atisbar en el recuento de escrutinio cinco mil síes y algunas abstenciones, proclamando la República Mazagonense, yéndonos también de viaje a Bélgica lo antes posible por si las moscas.

Evidentemente, como no lo permite, tras la orden de búsqueda y captura terminaríamos en el trullo por haber cometido una ilegalidad, no por nuestra ideología. Aquí seríamos presos de nuestro afán de protagonismo, en ningún caso políticos.

Bien es cierto que sí tenemos políticos presos, no tantos como desearía, y es por culpa de una corrupción irrefrenable que no entiende de estandartes ni de ideologías. Lo que me sorprende es la presteza de la justicia para acelerar algunas causas como esta y la pasmosa lentitud para otras, valgan de ejemplo caso Gürtel (2007), Nóos (2010) o Eres Andalucía (2011).

No comprendo cómo un gobierno, a sabiendas de que se va a cometer una ilegalidad con muchísima antelación, permitió que se llevara a cabo el referéndum, seguro que en Mazagón nos plantarían dos Guardias Civiles en cada posible colegio electoral, como debe ser, y nos joderían el referéndum. Nuestros mandatarios han vuelto a no estar a la altura y el suceso nos va a costar un pastón en dietas y otras zarandajas que por supuesto correrá a cargo de nuestros bolsillos, como siempre.

Curiosamente, así, han salido fortalecidos el Gobierno, la Casa Real, Maduro e incluso los independentistas, que se presentarán a las próximas elecciones posiblemente bajo otro nombre enarbolados como mártires. Ni pactando, habría sido más productivo para todos.

A buen entendedor…
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