Desde ayer martes 8 de mayo puede
admirarse en la casa-museo Zenobia-Juan Ramón de Moguer una nueva pieza del
mes, que en esta ocasión nos acerca a la estrecha relación afectiva que el
Nobel moguereño mantuvo con su médico y amigo personal, Nicolás Achúcarro, del que
se cumple este año el centenario de su muerte.
Por este motivo, la entidad
juanramoniana saca a la luz la intensa relación que el poeta de Moguer mantuvo
con el entonces joven doctor y científico, al que llegó a calificar como “amigo
estraordinario”, tal fue la admiración que Juan Ramón sentía por este hombre
que además de gran médico, era conocedor de siete idiomas, viajero incansable,
lector empedernido y amante de las artes, la música, la naturaleza y el
deporte. Juan Ramón convivió durante dos años con Nicolás Achúcarro en la casa
del Doctor Simarro, y durante este tiempo ambos congeniaron estrechamente de
tal manera que el moguereño nunca olvidaría la alegría, el dinamismo y la
bondad del joven científico, vitalista y trabajador incansable, en quien encontró
al compañero ideal para compartir intereses artísticos e intelectuales.
Achúcarro llegó a convertirse en
una figura muy respetada en el campo de la neuropatología y la psiquiatría,
tanto dentro como fuera de España, siendo considerado como el continuador de la
escuela de Santiago Ramón y Cajal. Muy apreciado por los pensadores más
influyentes de su época fue muy conocido por sus investigaciones sobre
neuroglia, alcoholismo, enfermedad de Alzheimer y la parálisis general, así
como por el procedimiento que lleva su nombre.
Vitrina expositora. |
En “Juan Ramón de viva voz”, el
poeta de Moguer nos cuenta: “Cuando yo tenía veinte años subí a los Siete Picos
de Guadarrama casi todos los domingos, con Achúcarro”. Incluso: “iba muchas
veces con Achúcarro y Sandoval a ver hacer autopsias”.
El recuerdo de aquellos años de
grata y fecunda amistad permanecería para siempre en la mente del poeta, que
incluyó su retrato en el libro Españoles de tres mundos, con palabras como
éstas; “Alegre, dinámico, inquieto y bueno, Nicolás Achúcarro”, dedicándole
también el primer capítulo de Poemas agrestes: “A Achúcarro que, como la
aurora, lo alumbra todo y lo alegra”.
Nicolás Achúcarro nació en Bilbao
en 1880 de ascendencia noruega, fue discípulo del doctor Simarro y compañero de
Santiago Ramón y Cajal en el Laboratorio de Investigaciones Biológicas. Amplió
su formación en París, Florencia y Múnich, donde colaboró con Alois Alzheimer.
Falleció el 23 de abril de 1918, a la temprana edad de 37 años.
Como homenaje a este entrañable
amigo y confidente de Juan Ramón en el centenario de su muerte, la casa-museo
nos propone acercarnos a su figura a través de varias fotografías de Nicolás
Achúcarro, una de ellas, de estudio, en una autopsia simulada con Santiago
Ramón y Cajal. En otra, le veremos junto a Alois Alzheimer y sus colaboradores,
en el Hospital Psiquiátrico de Munich en 1909. También podemos admirar un
manuscrito de Juan Ramón para su proyecto “Vida”, además de la caricatura
lírica que el moguereño le dedicó, y la primera edición de “Españoles de tres mundos”
donde fue publicada. Asimismo en la vitrina expositora también se muestra un
ejemplar de “Libros de Madrid”, que contiene el que lleva por título “Un vasco
universal”, dedicado al que fuera “amigo estraordinario” del Nobel moguereño.