El alcalde agradeció a la comisaria de la muestra y a los trabajadores de la Fundación su trabajo y compromiso. |
Ayer se conmemoró el 60 aniversario del entierro en Moguer de Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí, con una interesante exposición que nos acerca al último viaje que realizó el poeta para descansar eternamente entre sus recuerdos de niñez y junto al gran amor de su vida.
El alcalde de Moguer y presidente
de la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez inauguró esta muestra documental
junto a la concejala de Cultura Lourdes Garrido y al director de la Fundación
Antonio Ramírez. En el acto estuvieron acompañados por uno de los hijos del
fotógrafo Rowalls, Andrés Méndez, y por el que fuera alcalde de Moguer Paco
Díaz, que además vivió en primera persona la llegada de los féretros y su multitudinario
entierro en el cementerio moguereño.
El minucioso trabajo de
investigación que ha realizado la comisaria de la exposición Tere Rodríguez, hace
posible que podamos disfrutar en la casa museo de una joya documental que
aglutina notas de presa y fotografías procedentes de distintas colecciones, que
nos permiten hacernos una idea de lo que supuso el fallecimiento de Juan Ramón
en Puerto Rico y el posterior traslado de los restos mortales del matrimonio
Jiménez hasta Moguer, con escalas en Madrid y en Sevilla, donde hubo grandes muestras
de dolor y admiración por el Nobel.
Eternidades. Lectura de Poemas de Antonio Ramírez. |
El recuerdo de Moguer marcó toda
la vida del Nobel en el exilio y aunque no pudo regresar con vida a la amada
patria, España, y a su pueblo blanco, sí consiguió alcanzar la eternidad en Moguer
y descansar para siempre junto a su esposa, gracias a la decisiva labor del
entonces alcalde Juan de Gorostidi, que tuvo que superar las reticencias del
régimen, y a las numerosas gestiones que realizó el sobrino del poeta,
Francisco Hernández Pinzón, para que Juan Ramón y Zenobia pudieran culminar
juntos ese viaje definitivo hasta descansar para siempre en el blanco
cementerio moguereño.
Ocupan también un espacio muy
especial en esta exposición las emotivas crónicas del suceso realizadas por
periodistas como Jesús Hermida o por el moguereño Domingo Paniagua.
En este acto tan emotivo y tan
moguereño, ofrecieron testimonios de gran valor algunas de las personas que
hace 60 años y siendo aún niños y jóvenes, recibieron asombrados al poeta y a
su compañera, desfilando por su capilla ardiente e incluso en algunos casos,
portando sus féretros.
El 5 de junio de 1958 llegaron
los restos mortales del matrimonio a la casa museo, allí se instaló la capilla
ardiente hasta que el 6 de junio recibieron sepultura en el cementerio que
tanto gustaba recorrer a Juan Ramón Jiménez en sus arrebatos de melancolía.
Y Moguer estuvo ahí para recibir a
su poeta y unir eternamente el nombre de Juan Ramón Jiménez al de su patria chica,
para realizar junto a su musa y compañera el viaje definitivo a la tierra que
lo vio nacer.
“Eternidades”, el primer homenaje de Juan Ramón a Zenobia en
la Pieza del Mes
Antes de inaugurarse la exposición El Viaje Definitivo, ayer
se presentó la Pieza del Mes de la Fundación del Nobel dedicada a la obra
“Eternidades” en el centenario de su publicación, un poemario con el que el
moguereño, a partir de su encuentro con Zenobia, inicia ese camino de
introspección y búsqueda de la poesía pura que sería ya una constante en su
trayectoria literaria.
El alcalde moguereño y máximo mandatario de la Fundación
Zenobia-Juan Ramón Jiménez, Gustavo Cuéllar, presidió junto al director de la
Fundación, Antonio Ramírez la presentación de esta Pieza del Mes que ocupará
durante las próximas semanas un lugar de privilegio en el patio central de la
casa-museo, cuyos contenidos fueron explicados al numeroso público asistente
por la investigadora del centro de estudios juanramonianos Rocío Fdez.
Bejarano, cerrándose la presentación con la lectura de varios de sus textos por
parte de Antonio Ramírez.
Los 137 poemas que contiene “Eternidades”, un libro escrito
por Juan Ramón entre 1916 y 1917 tras su boda con Zenobia, aunque no se publicó
hasta un año más tarde, se agrupan en un solo bloque, sin las habituales
secciones en las que el moguereño ordenaba sus textos en obras anteriores. Se
trata además del primer libro que el Andaluz Universal dedica “A mi mujer”, e
incluye algunos de los poemas más conocidos del Nobel como “Poesía” o
“Intelijencia” además del famoso lema que guiaría ya en el futuro su espirito
creativo: “Amor y Poesía cada Día”.
“Eternidades” es sin duda una obra esencial para entender la
idea juanramoniana de que la poesía es también fuente de luz, porque permite la
permanencia y la existencia más allá de la propia muerte, en ese anhelo
constante de eternidad que impregnó buena parte de la “obra en marcha” del
moguereño.
La Pieza del Mes que puede admirarse desde ayer en el
santuario juanramoniano, incluye varios manuscritos del poeta como el texto Sutil
y Brioso en el que nos muestra las etapas de su poesía, la dedicatoria a
Zenobia, o el citado lema Amor y Poesía cada Día, además de la primera edición
y otras publicaciones posteriores de la obra, junto a traducciones del poemario
a varios idiomas.