Se
veía venir, y aquí lo tenemos. Nos hemos presentado en pleno verano con este panorama
que estáis viendo en las imágenes, la playa sin arena y las viviendas al borde del
mar. No hay manera posible de disfrutar de un trozo de playa desde las Casas de
Bonares hasta la playa de El Remo. Un desastre que hay que atribuir a la
negligencia de las Administraciones competentes que tenían que haber actuado
con más celeridad para evitar llegar a esta situación.
Nadie ha evaluado todavía las pérdidas
económicas del sector turístico, que serán cuantiosas, pues hay constancia de
numerosas cancelaciones de reservas en hoteles y apartamentos, amén de los que
no se han atrevido siquiera a formalizar una reserva cuando planificaron sus
vacaciones.
El
turismo es muy sensible a este tipo de episodios y eligen rápidamente otros
destinos, pero dicen que la demanda turística se suele recuperar pronto cuando las
circunstancias cambian. Esperemos que así sea.