Aunque al final tuvo que ser en Sevilla y no en la provincia de Huelva, algo que Mesa de la Ría reclamó en varias ocasiones, los eurodiputados escucharon de parte de este colectivo ciudadano la “amenaza y el peligro que suponen estos proyectos de gas para los ciudadanos y para el medioambiente”.
La amenaza gasística sobre Doñana proviene de tres grandes empresas como son Repsol, Enagás y Gas Natural. Tres compañías que, como viene denunciando Mesa de la Ría, cuentan con “el apoyo de los que han dirigido los gobiernos central y autonómico para almacenar y distribuir energías contaminantes”.
Además, el portavoz de Mesa de la Ría, Rafael Gavilán, explicó ante los eurodiputados el “grave peligro” que suponen los movimientos sísmicos debido a la compleja situación geológica de Doñana, y constatada por varios técnicos, unidos a la amenaza gasística. Un combinado que reviste de gravedad a esta zona de la provincia de Huelva y que se podría solventar, según este colectivo ciudadano, apostando por la transición de las energías provenientes de fuentes fósiles hacia las energías renovables descentralizadas.
Mesa de la Ría advirtió a los eurodiputados del “engaño con el que estas tres grandes empresas trabajan para lograr sus objetivos económicos sin considerar la importancia del ecosistema que están deprimiendo, a la vez que cuentan con el beneplácito de numerosos grupos políticos”. De hecho, Rafael Gavilán recordó cómo IU, también peticionario en este expediente y defendiendo ante Europa la protección de este parque natural, no puso en marcha los mecanismos necesarios para revertir el procedimiento mientras estuvo ocupando la silla de la vicepresidencia en el gobierno andaluz junto al partido socialista, quien autorizó el proyecto.
Mesa de la Ría, tras exponer la situación en la que se encuentra Doñana, solicitó a los eurodiputados que actúen para que Doñana y su entorno “siga siendo un patrimonio de la humanidad en todo su esplendor y no se convierta en la ampliación del polo petroquímico de Huelva”.