Galeras en el Mediterráneo oriental para la lucha contra los corsarios de Argel. AGS, MPD, 67, 024. |
José Luis Gozálvez Escobar
Sin
tratar de ocultar la tesis que defiendo sobre el origen portugués de Mazagón,
traigo a estas páginas amigas un pequeño capítulo de la historia de un puerto
mediterráneo que sí tuvo un claro origen fenicio. Su nombre tiene una sonoridad
que nos recuerda a nuestra playa, pero nada más. La historia y hasta la propia
etimología de ambos lugares distan mucho de tener similitudes.
Mostaganem o Mostagán (en árabe: مستغانم)
es el nombre de una ciudad de Argelia, capital de la provincia o wilaya homónima,
al oeste de la costa. Puerto en el golfo de Arzew, su riqueza actual
procede de ser una gran exportadora de productos agrícolas.
Sus
orígenes se remontan a la época fenicia, cuando era un puerto púnico llamado
Murustaga. Reconstruida por los romanos bajo el nombre de Cartenna en
el siglo III, fue refundada en el siglo XI por el príncipe almorávide Yusuf
ibn Tašufin. Durante la expansión otomana, desde siglo XVI, se convirtió en una
base corsaria de considerable importancia.
Pero
Mostagán se vinculó a la historia española gracias a la expedición de Blas de
Lezo, en febrero de 1733, que tenía por objetivo liberar la ciudad asediada de
Orán. Ante la presencia de la potente flota española, las nueve galeras otomanas
que bloqueaban su puerto huyeron en desbandada. Lezo persiguió a la nave
capitana de Bey Azen hasta la ensenada de Mostagán, defendida por dos fuertes y
4.000 enemigos. Lejos de detenerse, Lezo entró impetuoso en aquellas aguas
protegidas, arrasando sus fortificaciones con gran pericia artillera y
asaltando la nave capitana ante el terror de los musulmanes. Así se destruyó,
según la leyenda, sin duda, algo fantástica, uno de los puertos más importantes
de los corsarios de Berbería, uno de los grandes azotes del comercio y la
navegación por aguas del Mediterráneo y hasta del Atlántico andaluz, como es
sabido.