Pasito
a paso y siempre bajo la protección de sus fieles costaleros, la Virgen de
Montemayor regresó el domingo a su casa chica arropada por la devoción de su
pueblo. Para el acto de traslado la virgen lució prendas antiquísimas que han
sido recuperadas por el vestidor moguereño Antonio Laro.
Recorrido de despedida
por las calles de Moguer.
Moguer –29 NOVIEMBRE 2018
La Patrona de Moguer
abandonaba a las tres de la tarde la iglesia parroquial para iniciar el
recorrido que la llevaría hasta el Coto de Montemayor, en una fría tarde
de otoño que no impidió a los moguereños y moguereñas echarse a la calle para
acompañar a su Señora.
En la plaza de la
Iglesia esperaba la Filial del Rocío, que dedicó una bonitas sevillanas a uno
de los más fieles devotos de la Virgen, el moguereño Raúl Trapero, que ha
dejado una huella imborrable en su pueblo.
La grandiosa voz de Mª
Ángeles Cruzado llenó de embrujo la calle Vendederas, y con la virgen frente a frente y siempre fiel a sus
tradiciones, canto al amor que siente por su Moguer y su Patrona.
La comitiva que
encabezaba el presidente de la Hermandad Matriz José Manuel Alza se detuvo en
el Ayuntamiento para que el alcalde Gustavo Cuéllar pudiera entregar a la
Virgen un ramo de flores, un acto que simboliza el amor y la devoción de todo
un pueblo a su Señora.
Este recorrido de
despedida por las calles de Moguer volvió a verse engrandecido con la fuerza y
la sensibilidad de Lauri Garrido, que en la calle Fuentes, y en la misma casa
de José Joaquín Dionisio, quiso rendir homenaje a este moguereño de corazón, a
este respetado costalero que nos dejaba hace muy poco.
Con la Virgen mirando a
su pueblo para despedirse de su casa grande, nos adentramos en ese esperado
camino de arena, en ese paisaje tan nuestro y tan cargada de recuerdos, en el
que una cuadrilla de mujeres volvió a colocarse bajos los varales del paso para
llevar a su Patrona, sintiendo bajo sus hombros la responsabilidad y el orgullo
de representar a su pueblo.
Tras casi cuatro horas
de recorrido la Virgen, acompañada también por los Mayordomos y las Filiales de
Montemayor, hacía su entrada en la explanada de la ermita.
Llegada de la Virgen a la ermita. |
Antes de cruzar las
puertas del templo y siempre mirando de frente a su pueblo, la Virgen fue
objeto de nuevas muestras de devoción y cariño, que llegaron a su máxima
expresión cuando los costaleros comenzaron a soltar los varales para depositar
a su Señora en el altar mayor, donde la Virgen espera la llegada de la próxima
primavera para recibir a los romeros moguereños.
Un fin de semana de
octubre marcado por el amor a nuestras tradiciones, que se completó con el
develado de un azulejo en la calle Ribera que sustituye al primitivo, siempre
respetando las inscripciones originales.
Una donación realizada
por el vecindario de la calle que fue bendecida por el párroco José Manuel
Raposo ante numerosos moguereños y moguereñas, entre ellos los concejales José
Jiménez y Rocío Domínguez.
El que fuera hermano
mayor de la Matriz de Montemayor, Jose Joaquín Domínguez, puso voz a la
devoción que Moguer profesa a su Patrona.