Panorama que presentaba la playa de El Remo el
pasado miércoles. Foto: Martín Calero.
De nuevo las aguas residuales
vuelven a bañar la playa de Mazagón, provocando un desastre medioambiental,
además de diversos efectos negativos que terminan afectando al turismo,
principal motor económico de esta localidad. Esto es algo que ocurre con mucha
frecuencia; siempre que caen “dos gotas” el colector se satura y drena el
sobrante directamente por los aliviaderos instalados en la playa.
Cuando se le insta a un político
a que le dé solución a este grave y eterno problema, te responde siempre con
las mismas evasivas «Es que no podemos hacer nada, contra los fenómenos de
estas trombas de agua no se puede luchar. Es algo imprevisible». Nada más lejos
de la verdad. Evitar los vertidos del colector de aguas residuales a la playa
de Mazagón es posible.
El hedor era insoportable. Foto: Martín
Calero.
Lo más lamentable es que los
ciudadanos ya se empiezan a acostumbrar a estos episodios contaminantes,
aceptándolos como algo inevitable; es más, echan la toalla y se ponen a tomar
el sol frente a estos terribles aliviaderos que, como la boca de un dragón
amenazan con arrasar todo lo que encuentren a su paso.
Que en el año 2018 las aguas
sobrantes por saturación del colector estén canalizadas directamente a unos
aliviaderos que desembocan en la playa, es una tremenda aberración. En
cualquier ciudad o pueblo con un mínimo de conciencia ecológica, estas aguas que
el colector no es capaz de soportar por saturación están dirigidas a unos
tanques de expansión o pozos de tormentas instalados a tal efecto, evitando así
que ese caudal sobrante discurra por lugares no deseados. De hecho, no están
permitidos los vertidos de aguas residuales a cielo abierto, por inyección en
el subsuelo, deposición sobre el terreno o métodos semejantes, y mucho menos
directamente a sistemas acuáticos.
La solución pues, pasa por la
construcción de un tanque de tormentas de gran capacidad, o varios tanques de
menor volumen construidos en paralelo al colector, como elementos independientes de él. En el caso de
Mazagón los técnicos municipales tendrían que calcular y determinar la opción
más conveniente para la avenida Conquistadores, así como sus correspondientes
equipos de bombeo con la capacidad suficiente para elevar el caudal de desagüe
hacia el colector cuando la lluvia remita.
Aliviadero en la playa del Antiguo Club
Náutico. Foto: J.A. Mayo.
Claro
está que esta infraestructura cuesta muchos miles de euros, pero no es ninguna
disculpa aceptable decir que no hay dinero para realizar una obra obligatoria
que va en beneficio del medioambiente y en la salud de los ciudadanos. Solo es
cuestión de gastar menos en cosas superfluas y de poner cada euro de los
contribuyentes en el sitio más adecuado.
José Antonio Mayo Abargues