Autoridades de Moguer y Jerez de los Caballeros |
Una representación
institucional del Ayuntamiento de Moguer participó ayer en los actos
conmemorativos del V Centenario de la muerte de Vasco Núñez de Balboa
celebrados en Jerez de los Caballeros, localidad natal del descubridor del
Pacífico. Balboa estuvo al servicio de Pedro Portocarrerro, VIII Señor de
Moguer, y visitó la ciudad del Tinto en numerosas ocasiones.
El alcalde de Moguer
Gustavo Cuéllar asistió ayer en Jerez de los Caballeros a la conmemoración del
V Centenario de la muerte del navegante y explorador Vasco Núñez de Balboa, uno
de los grandes protagonistas de la denominada Era de los Descubrimientos en la
que Moguer tuvo tan destacado protagonismo. Balboa, nacido en la localidad
pacense en 1475 atravesó el istmo de Panamá y fue el primer europeo en avistar
el que él mismo llamó Mar del Sur en el año 1513, logrando con esta gesta un
lugar de privilegio en la historia de la humanidad.
Firma del documento conjunto |
El primer mandatario
moguereño, al que acompañaba el concejal de Turismo José Antonio Rodríguez, fue
recibido por la alcaldesa de Jerez, Virginia Borrallo, con la que inició un
protocolo de hermanamiento entre las dos ciudades vinculadas por el ilustre navegante
y por la figura del noble don Pedro Portocarrero “El Sordo”, VIII Señor de
Moguer, del que Balboa fue paje y escudero durante muchos años, visitando en
repetidas ocasiones junto a su señor la entonces populosa villa marinera en la
que se construyó la carabela Niña.
Tras rubricar el
documento con el que las localidades de Moguer y Jerez de los Caballeros
inician el proceso de hermanamiento, ambos mandatarios intercambiaros varios regalos
como símbolo de amistad entre las que fueron sin duda dos de las ciudades más
importantes de aquella época. Cuéllar entregó a Borrallo una selección de
libros del Nobel moguereño Juan Ramón Jiménez y una reproducción del universal
personaje de Platero, así como un estudio histórico sobre la relación de Moguer
y América; mientras que la alcaldesa de Jerez obsequió al regidor moguereño con
una estatuilla de Vasco Núñez de Balboa y un magnífico libro ilustrado sobre la
trayectoria del descubridor del Pacífico.
A partir de este primer
encuentro institucional entre Moguer y Jerez de los Caballeros se inicia un
proceso que tiene como objetivo estrechar los lazos entre estas dos localidades
tan estrechamente ligadas a algunas de las más importantes gestas marineras de
la historia.
DOS CIUDADES UNIDAS POR
LA HISTORIA
El nexo que entronca
históricamente a las localidades de Moguer y Jerez de los Caballeros son las
figuras del gran explorador y conquistador Vasco Núñez de Balboa, y de su señor
Don Pedro Portocarrero “El sordo”, VIII señor de Moguer, y una de las
personalidades más influyentes de su época, ostentando algunos de los cargos
más relevantes del reino.
Entre otros muchos
títulos, Don Pedro era uno de los regidores de la orden de Santiago, miembro
del consejo real de los Reyes Católicos y más tarde del Emperador Carlos V,
alcalde mayor de Sevilla y también “alcalde de Jerez cerca de Badajoz”. Esta
estrecha relación entre el Señor de Moguer y lo que más tarde sería Jerez de
los Caballeros, llevó al padre de Vasco Núñez de Balboa a fijar su residencia
cerca del palacio de los Vega donde habitaban los Portocarrero.
La importancia
económica, política y militar del VIII Señor de Moguer era enorme en aquellos
años de finales del siglo XV y principios del XVI por lo que el padre de Balboa
pidió al Portocarrero que aceptase a su servicio a su hijo Vasco.
El señor de Moguer
residía habitualmente en Sevilla o en Jerez, aunque pasaba largas temporadas en
su castillo de Moguer. Como paje y escudero de Pedro Portocarrero, Vasco Núñez
de Balboa acompaña al influyente personaje en numerosos viajes por sus
múltiples posesiones, y asiste junto a él a los preparativos del viaje
descubridor realizados en Moguer, interesándose cada vez más en las
posibilidades que ofrecían las nuevas tierras descubiertas.
La vocación marinera de
Don Pedro contagia a Núñez de Balboa que residió junto a su señor durante
varias temporadas en el castillo moguereño, hasta el punto de que éste,
conocedor de las virtudes que atesoraba el de Jerez, le anima a enrolarse en la
expedición de Rodrigo Bastidas al nuevo mundo, una empresa financiada en parte
por el propio Portocarrero, que acabaría por definir la trayectoria vital de un
Vasco Núñez que se empapó en Moguer junto a su señor de los conocimientos
necesarios para afrontar sus viajes posteriores al Nuevo Mundo.