Esta organización reclamará en el próximo pleno que el futuro PGOU recoja que las marismas del Pinar, Rincón y Mendaña se devuelvan a su estado natural
Huelva presume de estar rodeada por un patrimonio natural extensísimo. En este sentido, Mesa de la Ría instará en el próximo pleno al Ayuntamiento de Huelva a que el futuro Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) considere a los actuales espacios altamente degradados por las balsas de fosfoyesos (marismas del Pinar, Rincón y Mendaña) como “marismas”, con el objetivo irrenunciable de recuperarlas medioambientalmente con la devolución de éstas a su estado natural.
Así, las diferentes Administraciones están obligadas a garantizar la conservación y el uso racional de estos espacios (incluyendo la restauración o rehabilitación de aquellos que hayan sido destruidos o degradados) y contribuir al cumplimiento de los compromisos del Estado Español en relación a los convenios, directivas, políticas y acuerdos europeos e internacionales relacionados con los humedales, como es el denominado ‘Convenio de Ramsar’. De hecho, cuando un país se adhiere este convenio contrae automáticamente una serie de compromisos generales de conservación y uso racional de sus humedales.
En el caso de Huelva, las marismas del rio Tinto (Pinar, Rincón y Mendaña) han sido destruidas casi en su totalidad por el vertido incontrolado de más de 100 millones de toneladas de residuos industriales de todo tipo, bajo las conocidas como “balsas de fosfoyesos”. No obstante, la situación medioambiental de estos espacios no es irreversible, y debemos apostar, por tanto, por su regeneración, mediante la devolución de esos espacios a su condición natural originaria de marisma.
En ese objetivo, la ciudadanía de Huelva, junto con la práctica unanimidad de los colectivos políticos y sociales, ha volcado sus esfuerzos en los últimos años. La restauración de estos espacios supondría un enorme nicho de empleo en la industria de la descontaminación.
De esta forma, Huelva resume a pequeña escala local los grandes retos ambientales que tiene el planeta a nivel global y su solución podría ser un ejemplo y una experiencia piloto internacional que sirva para afrontar los retos de la lucha contra el cambio climático, pues hay que recordar que las marismas son un sumidero de gases de efecto invernadero.