María Gracia parlamentaria onubense de Adelante Andalucía, vuelve a denunciar, una vez más, las durísimas condiciones en las que sobreviven las personas migrantes e insta al Gobierno y la Junta a explicar las medidas que han tomado para garantizar los derechos laborales de las trabajadoras marroquíes en la presente campaña 2020 y se investigue el posible fraude masivo en la contratación de origen en años anteriores.
Se ha observado como los jornaleros y jornaleras son empujados a vivir en asentamientos infrahumanos, sin agua, sin electricidad, sin saneamiento, sin ningún tipo de servicio, expuestos a inclemencias y accidentes, en un estado de indefensión que termina convirtiéndose en el mejor campo de cultivo para la explotación laboral, la personal y las violaciones de los derechos más fundamentales.
En esta última semana se ha podido oír con vergüenza, como el Relator especial de la ONU sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, ha asegurado que la situación de los recolectores en Huelva es "peor que en un campo de refugiados”. Philip Alston ha llegado a asegurar haber encontrado en Huelva asentamientos para migrantes en condiciones “que rivalizan con las peores que he visto en ninguna parte del mundo”.
Desde la formación se exige a las administraciones pertinentes, más actuaciones inspeccionadoras y sancionadoras, más medidas de control, más medios y herramientas, en resumen, más responsabilidad y más voluntad política, para acabar con estos “campos de esclavos” que por propia dignidad como tal, la sociedad onubense no puede permitir en su seno por más tiempo.
También se exigirá la comparecencia de Rocio Blanco consejera de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo de la Junta por su salida en defensa de los empresarios mientras invisibiliza la problemática.
Desde Adelante Andalucía entendemos que esta coyuntura evidencia una fuerte discriminación laboral y no solo un “problema social” como señala la consejera, que además se ve acrecentada por las circunstancias de estas mujeres ( origen rural, escasa formación y sin conocimiento del idioma) que llegan a Huelva en una absoluta situación de indefensión que las deja en una situación muy vulnerable y las hace presas fáciles de empresarios sin escrúpulos.