La casa-museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez dedica la Pieza del Mes de
Febrero a ‘Baladas de Primavera’, una obra que escribió el Nobel moguereño en
1907 y que se publicó en 1910, en una de las épocas más fecundas de la vida del
poeta.
Detalle de las piezas que se
exponen
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En el 110 aniversario de su publicación podremos admirar la primera edición del libro y otros interesantes ejemplares de ‘Baladas de Primavera’, una obra dedicada a Andrés González-Blanco, poeta y crítico literario de Cuenca, quien había publicado en su libro ‘Los contemporáneos’, un extenso estudio sobre el moguereño, incluyendo una nota biográfica suya.
Sobre la obra, el propio Juan Ramón escribió al comienzo del libro: “estas baladas son un poco exteriores; tienen más música de boca que de alma: El corazón, en el campo, se pone rojo y el sentimiento, ruiseñor, no es pájaro de pinos. Baladas con música humana, menos íntima que la música de las cosas; donde la carne aparece, se cierra la flor de adentro, flor nocturna y de crepúsculo, silenciosa para el sol. Y si hay aquí una cadencia secreta, está, seguramente, iluminada por el ocaso o por la luna. Es la nostalgia de la salud por los caminos de arena de la vida. Corazón florecido sobre un asno, en un mediodía con amapolas! El alma quiere también tener su copla y su tamboril ... Baladas de primavera!”
El libro está compuesto por 26 poemas que comparten el comienzo del título, “Baladas de...”, además de ser uno de los libros que sufrió más revisiones, fue uno de los más «revividos» por su autor aunque, también muy orgulloso, se lo envió a Unamuno y a Azorín, a los que consideraba maestros.