25 junio, 2020

Las absurdas normas de las playas

Playa de Mazagón

Después de pasar el fin de semana en la localidad de Mazagón, donde poseo una segunda residencia, debo resaltar, con gran satisfacción, el civismo en general de la población.

A la hora de comprar, colas con las distancias de seguridad correctas, uso generalizado de mascarillas, etc.

En la playa, igualmente distancia entre sombrillas y unidades familiares y los informadores –quizás demasiado “abundantes”- correctos cumpliendo con la obligación marcada.

… Y ahí es donde quisiera hacer llegar mi sorpresa cuando a mis nietas -de 6 y 8 años- (igual que a otros niños pequeños) se les indica que no pueden usar esas tablitas para jugar en las olas.

Como médico, no veo razones sanitarias para dicha medida. Comprendo que no se juegue con palas por aquello que la pelotita puede ir a parar donde no debe, igual con el juego de balón: ¿pero que a un chiquillo se le obligue a salir del agua por no poder usar un rosco flotador? (Lo he visto con mis ojos).

Creo que las normas deben ser generales para después adaptarlas a las particularidades. No veo razonable seguir castigando a los niños, que bastante bien se han portado en el confinamiento, impidiéndole disfrutar de cosas “propias de niños” siempre con la vigilancia de los mayores.

Las normas son, evidentemente, para cumplirlas y de eso se bastante pero en lo que esté en manos del ayuntamiento, a nivel local, deberían replantearse alguna variación que no siga perjudicando a los más indefensos por su corta edad.

FRANCISCO CHECA RUIZ