“El hombre que dudaba”,
la obra póstuma del escritor Manuel Fortes Guijarro, sale a la luz de la
mano de su hermano Antonio Fortes, con la que le ha querido rendir un honorable
y merecido homenaje.
Antonio Fortes,
onubense afincado en Mazagón desde hace más de dos décadas, no podía consentir
que el trabajo de su hermano permaneciera por más tiempo inédito, o lo que es
peor; que cayera en el olvido para siempre por decisión del propio autor, como
así lo cuenta su hija Esther Fortes Quinta:
Hace unos años, cuando murió mi tío Lolo (Manuel Fortes Guijarro), mi padre, Antonio Fortes, recopiló un sinfín de manuscritos, reflexiones, relatos y poemas que había ido escribiendo y acumulando mi tío a lo largo del tiempo. Mi padre consideró que todo aquello que mi tío había escrito, no podía tirarlo a la basura como él le había pedido. Seguramente, quienes han conocido a mi tío y han leído algo de lo que escribió y publicó en algunos periódicos y revistas, estarán de acuerdo conmigo en que Manuel Fortes era un gran POETA. Es un legado extraordinario, son cientos y cientos de escritos que mi padre ha ido recopilando en varios libros. Se empeñó en pasar uno a uno al ordenador, a veces, una tarea complicada porque algunas palabras eras casi ilegibles, pero con mucha paciencia y mucha más ilusión lo ha conseguido. Hoy por fin, tiene en sus manos el mejor regalo que ha podido hacer a su hermano, su primera antología poética "El hombre que dudada".
La producción poética de Manuel Fortes Guijarro utiliza el tema piadoso y místico relacionado con el cristianismo. El poeta busca la originalidad en la forma de abordar el tema, en el manejo del lenguaje. Así, deben unirse lo estético en la forma y lo auténtico en el sentimiento y la fe. La necesidad de amar anda por los rincones de este poemario, bien adentro, como en el horizonte de su presente eterno, como si sus recuerdos fueran tejidos y plasma que arden en su insistencia tenaz por hacer el verso, por componer siempre la imagen exacta que refleje su ternura, su ímpetu de querer a toda costa. Un baño de agua clara, cristalina, de melancólico anuncio del pasado, de fulgurante entrega de amor, todo en los efímeros y, al mismo tiempo, eternos poemas que nos da, todo en un instante de cada uno; como para decirnos que el triunfo de una vida no está en lo que hayamos conseguido, sino en el proceso de cómo lo hemos hecho, cómo hemos logrado llegar a una colina y mirar atrás.
Manuel Fortes Guijarro, nació en Huelva el 23 de septiembre de 1942. Cursó sus estudios en un Colegio religioso. Desde muy joven, comenzó a escribir poesía y narrativa de contenido reflexivo, vivencial y contemplativo, y continuó a lo largo de toda su vida. Sus poemas describen ese conjunto de emociones y sensaciones que vivió en su vida real. Trabajó sobre contenidos diferentes: subjetivos, reflexivos, filosóficos. Experimentó la escritura de poesía y narrativa eligiendo los temas de carácter religioso, reivindicativo y político. En el año 1970, ingresó durante dos años, como lego en un convento de los Hermanos Fossores, estos monjes trabajaban en los cementerios, efectuando las labores propias de ese lugar.
El libro está ya a la venta en la Imprenta TEYPI, en la calle Lima de Mazagón.