La fauna agota en estos
últimos días la poca agua que queda en esta charca situada en el carril de
Abalario al Acebuche (Almonte).
Si
no llueve pronto y abundantemente, la flora y la fauna de Doñana lo pasarán
mal. Marismas, lucios, caños, lagunas y charcas, están empezando a sentir la
falta de agua, el recurso más importante de esta joya natural, imprescindible
para el desarrollo de la vida en Doñana.
Los
expertos llevan tiempo advirtiendo del camino hacia la desertificación que está
tomando este espacio natural. Los incendios forestales, la sobreexplotación de
los acuíferos y los periodos de sequía, cada vez más prolongados, debido al
cambio climático, son los responsables de la situación. Según la Convención
contra la Desertificación de Naciones Unidas (UNCCD), más del 70 % de la
superficie terrestre ha sido transformada por la mano del hombre, un porcentaje
que podría alcanzar el 90 % para 2050. Es necesario pues, poner freno urgente al
avance de este desastre porque no solo nos estamos jugando la vida de Doñana,
sino nuestra propia existencia.
Pinos
calcinados en el Sendero del Loro (Mazagón)
Imagen desoladora de uno de los parajes más bonitos de Mazagón, que muestra la gravedad del incendio de Doñana que se originó el 24 de junio de 2017 en el término de Moguer, en la zona conocida como La Peñuela.