Una mujer adelantada a su tiempo que fue referente en la lucha por la plena igualdad de géneros, una incansable defensora de la libertad pero sobre todo, una genial escritora convertida en icono de la literatura argentina del pasado siglo, la figura de Alfonsina Storni fue la protagonista del delicioso montaje que abrió la temporada teatral en Mazagón el pasado viernes.
La sala del
edificio multifuncional abrió sus puertas con todas las medidas preventivas
contra la pandemia, y más de medio centenar de espectadores acudieron a
disfrutar del primer espectáculo de la temporada, “Alfonsina, la Muerte y el
Mar” una obra de enorme calidad tanto por el texto del uruguayo Joaquín Dholdan
como, especialmente, por la extraordinaria capacidad interpretativa de los dos
actores protagonistas, una genial Manuela Luna en el papel de Alfonsina, y un
camaleónico Javier Almeda que dio vida a los distintos hombres que marcaron la
trayectoria vital de la poetisa.
A través de la
historia de esas relaciones el público descubre la profundidad de un personaje
que pasó estrecheces económicas en su niñez, que fue madre soltera en un mundo
en el que serlo se convertía en un estigma para la sociedad, que pasó varias
crisis nerviosas, que reivindicó siempre la valía de la mujer y su derecho a
ser feliz pese a los prejuicios de la sociedad de su época, y que fue sobre
todo una excepcional escritora considerada hoy como el gran referente de la
literatura posmodernista en hispanoamérica.
Manuela Luna da
vida a la genial poetisa y lo hace de una forma tan sencilla pero a la vez tan
veraz y tan cercana que el público se identifica desde el primer momento con su
personaje, se emociona con sus vivencias, amores y desamores, éxitos y
fracasos, y acaba haciendo suya la historia de una mujer excepcional llena de
matices, que encarna con singular maestría la actriz protagonista.
Y junto a ella, como soporte y complemento perfecto a la historia, el polifacético Javier Almeda se mete en la piel de los personajes masculinos de su vida y ofrece en todo momento el contrapunto exacto al derroche de emoción, poesía y sentimiento que trasmite el personaje de Alfonsina, contribuyendo con su profesionalidad sobre las tablas al éxito de un montaje que el público de Mazagón, que disfrutó enormemente de la obra, despidió con una cerrada y sincera ovación. En resumen, un brillantísimo inicio de temporada en la sala multifuncional de la localidad costera, con una deliciosa obra sobre un extraordinario personaje, y una genial interpretación de los protagonistas que acercó a los espectadores a la intensa trayectoria vital de uno de los grandes mitos literarios de hispanoamérica. Más no se puede pedir.