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31 enero, 2021

Rompejato, el héroe palermo que emuló a Colón en 1962

UNA AVENTURA APASIONANTE

En el año 1962, nueve arriesgados navegantes salieron de La Rábida para emular el viaje de Colón a América en la carabela Niña II, una nave construida a semejanza de las carabelas de Colón. Nadie se atrevía a apostar por ellos, pero la Niña II cumplió su objetivo porque a bordo de ella iban nueve hombres cargados de coraje y valentía. Entre ellos, José Ferrer Robles, Rompejato, un palermo con la audacia y valentía que tuvieron sus paisanos en 1492.

José Ferrer, a la izquierda de la foto, tomada en Las Bahamas. Foto Familia de Ferrer

            La carabela, que había sido construida en un astillero de Guetaria (Guipúzcoa), salió rumbo a Palos el 24 de agosto de 1962, al mando del capitán pamplonica, Carlos Etayo Elizondo. Partió con una tripulación escasa, ya que aquella carabela construida en el siglo XX, copia de la que llevó Colón en el siglo XV, ofrecía pocas garantías de conseguir su objetivo; lo que unido al poco atractivo económico que tenía la aventura, hacía desistir de la idea de enrolarse en ella a cualquier marinero que se acercaba a verla. Pero de haber tenido un aliciente económico, la aventura se hubiera visto desvirtuada.

La tripulación la componían ocho hombres: Carlos Etayo, teniente de navío de la Armada, capitán de la carabela y jefe de la expedición, natural de Pamplona. Antonio Sagaseta, sacerdote, natural de Pamplona. José Valencia, patrón de pesca, natural de San Sebastián. Antonio Aguirre, pescador, natural de Fuenterrabía (Guipúzcoa). Robert Marx, periodista y arqueólogo, norteamericano. Michel Vialars, veterinario, francés. Nicolás Bedoya, marinero y carpintero, natural de Ferrol (Galicia). Bedoya era un viejo lobo de mar, y el más viejo de toda la tripulación, pues había cumplido ya los sesenta y nueve años. Además, iba también como tripulante el periodista onubense, Jesús Hermida, que embarcó para hacer la travesía de Guetaria a Palos y conocer la vida de la carabela y así poder escribir con conocimiento de causa durante el resto del viaje. No fue posible reclutar a nadie más. Veinte días más tarde la Niña II llegaba a La Rábida, ante la expectación de numerosos curiosos que no daban crédito a lo que estaban viendo.

Una vez en La Rábida necesitaron que alguien se hiciera cargo de cuidar la carabela y contrataron de guarda a José Ferrer Robles, natural de Palos de la Frontera, conocido en su pueblo por el sobrenombre de Rompejato. A Ferrer le fascinaba la idea de la aventura y, desde un principio, quiso enrolarse en la carabela. El capitán le preguntó a qué se dedicaba, y él le dijo que en la actualidad era pescador de almejas y que, en otros tiempos, también había sido pastor. Ferrer había estado enrolado en varios pesqueros de motor dedicados a la captura de la almeja, por lo que no tenía ninguna experiencia en la navegación a vela. Lógicamente el capitán rechazó su solicitud. Hubo varios marineros de Palos que se presentaron en la carabela con intención de enrolarse en ella, pero cuando conocían las condiciones económicas que les ofrecían y veían aquella débil embarcación, se echaban atrás.

En esos días se embarcó un nuevo tripulante, y además, marino de profesión, un sevillano llamado Manuel Darnaude, que había estado en Guetaria presenciando la salida de la carabela y prometió embarcarse en Palos. Darnaude era piloto de la Marina y le apasionaba la navegación a vela.

El conjunto de instrumentos básicos con los que contaba la Niña II eran irrisorios, arcaicos y temerarios para enfrentarse a una travesía de esta envergadura: un sextante y un cronómetro para determinar la latitud y longitud, y una brújula. Para avisar a otros barcos de su presencia, en caso de niebla, utilizaron una caracola. Para el alumbrado llevaban candiles de aceite y velas de cera. La nave era gobernada por un sistema muy rudimentario: una pala en la popa accionada por una caña que, cuando la mar azotaba tenía que ser manejada por varios hombres. Todo se había dispuesto para emular el viaje de Colón en el siglo XX. Incluso escucharon misa en la Iglesia de San Jorge y hasta cenaron una noche en La Rábida ataviados con trajes del siglo XV, en el mismo comedor que cenó Colón la noche antes de su partida. La misa fue oficiada por el capellán de la carabela, Antonio Sagaseta. A este acto solemne y emotivo acudieron numerosos vecinos y las autoridades de la localidad encabezadas por su alcalde, don Manuel Maresca. Al final del acto fueron invitados por el Ayuntamiento de Palos a un desayuno. La particularidad de este viaje, lo que hizo que fuera más heroico, es que la Niña II no llevaba al lado a la Pinta ni a la Santa María. La Niña II iba sola.

El hermano mayor de la Hermandad de la Cinta, Patrona de Huelva, regaló a la tripulación un mosaico con la imagen de la Virgen de la Cinta, con una inscripción de las súplicas que hizo Colón desde la carabela Niña cuando, de regreso de América, fue sorprendido por una tempestad en el Cabo de San Vicente. El superior del Convento de La Rábida, donó a la tripulación de la carabela una medalla y una imagen de mármol de la Virgen de los Milagros, ante la que Colón y los hermanos Pinzón rezaron antes de partir para América. Cuenta la historia que la imagen de la Virgen de los Milagros fue llevada por Colón en la carabela Santa María.

Durante la estancia de la carabela en aguas onubenses, los ayuntamientos de Huelva, Palos y Moguer, se volcaron con sus tripulantes de una manera extraordinariamente hospitalaria. Asimismo, contribuyeron con generosidad al abastecimiento de víveres para la expedición. Huelva regaló, entre otras cosas, higos, leña y carbón; Moguer surtió a la carabela de vino de la tierra y pan; Palos les regaló una gran cantidad de frutos de la tierra y treinta barriles de agua de la fuente de la Fontanilla, la misma fuente de la que se surtió Colón. El capitán tenía serias dudas con la elaboración del pan, por el endurecimiento de éste en la travesía Guetaria-La Rábida, y a pesar de que el panadero de Moguer le aseguraba que sus panes podían durar hasta dos años, el capitán no se fió y le encargó también ochenta kilos de harina, “por si las moscas”.

El 19 de septiembre de 1962, después de la misa oficiada por el capellán de la nave, Antonio Sagaseta, ante la imagen de Nuestra Señora de los Milagros, tuvo lugar la salida oficial hacia el Nuevo Mundo, con todas las banderas y gallardetes desplegados. Las autoridades civiles y militares de Huelva, una representación de la comunidad franciscana de La Rábida y un equipo de Televisión Española, embarcaron en una canoa para acompañar a la Niña II hasta la boca de la barra. La salida estaba prevista para las diez de la mañana, pero el capitán Etayo decidió salir una hora antes para aprovechar el viento que soplaba de popa en la bajamar, dejando con la miel en los labios a un marinero de Punta Umbría, llamado Indalo, experto en el manejo del timón que venía de camino hacia La Rábida para embarcar en la carabela; y a los vecinos de Palos que esperaban su llegada en el muelle de la Calzadilla. El adelanto de la salida no sentó nada bien a los vecinos de Palos, después de que su pueblo acogiera con una hospitalidad extraordinaria a los tripulantes de la carabela durante su estancia en La Rábida. Estos vecinos se habían dado cita a las diez de la mañana en el muelle de la Calzadilla, donde la carabela tenía previsto llegar remolcada por la canoa de los Prácticos, para iniciar desde allí su salida.

Los tripulantes de la Niña II izando el aparejo del trinquete. Foto: Herederos de Roberto Méndez Adalid Rowalls

La carabela llegó a la barra de Huelva a la hora prevista por el capitán, y el Gobernador militar, don Pedro Merry Gordon, fue el encargado de despedirla oficialmente, subiendo a bordo para desearles un feliz viaje y una exitosa aventura. Asimismo, todos los barcos que acompañaban a la embarcación la despidieron con insistentes toques de sirena, a los que la carabela contestaba con la primitiva caracola. La Niña II salió de la barra de Huelva con la vela cuadrante desplegada, en la que llevaba la Cruz Colombina y la inscripción “Santa Clara”, primer nombre que tuvo la carabela que mandó construir en la ribera de Moguer su propietario, el moguereño Juan Niño.

José Ferrer había pedido insistentemente ser admitido como tripulante en la carabela, pero el capitán quería marineros con experiencia capaces de enfrentarse a esa odisea. Y en el último momento, cuando el Práctico ya estaba a punto de despedirse, el capitán Etayo lo invitó a embarcarse en la Niña II. Ferrer no lo dudo ni un instante, subió a bordo con lo puesto, se quitó una llave que llevaba colgada al cuello y se la lanzó a su hermano que se encontraba en una embarcación pesquera próxima. Era la llave de un baúl donde guardaba todas sus pertenencias.

Tal vez el adelantar la salida no se debiera al aprovechamiento de las condiciones atmosféricas, sino a “un cabo que se había quedado suelto”. Etayo había estudiado detenidamente todos y cada uno los detalles del viaje de Colón, y no se le podía escapar que en la Niña II no había ninguna representación palerma, como ocurrió en 1492. El dejar en tierra al timonel de Punta Umbría, pudo ser algo premeditado. José Ferrer estaba predestinado para emular a sus paisanos de la gesta descubridora.

Colón había llevado en las carabelas, cabras, gallinas, cerdos y algunos animales más que fueron repartidos en las tres carabelas, tocándole a la Santa María llevar la mayor parte de ellos por ser la mayor de las tres. El viaje de la Niña II se tenía que asemejar todo lo posible al realizado por Colón, pero las dimensiones de la carabela eran demasiado reducidas como para meter un cerdo con el que tuvieran que convivir durante toda la travesía, respirando un hedor insoportable. Entonces pensaron en llevar únicamente dos animales, una gata llamada Linda y una cabra a la que bautizaron con el nombre de Pinzona. Y tal vez por estar más familiarizado con el trato de los animales por su antigua profesión de pastor, le tocó a José Ferrer ser el encargado del cuidado de estos dos animales. La cabra Pinzona desapareció por voluntad de la tripulación a mediados de noviembre; Michel y José Valencia fueron los encargados de hacer llegar su carne a una olla donde fue guisada, convirtiéndose en uno de los mejores manjares de la travesía. La gata Linda tuvo un final más incierto, pues nadie pudo dar cuenta de su desaparición. Se supone que cayó por la borda en un golpe de mar. Nada se supo de ella.

José Ferrer con la gata Linda y la cabra Pinzona. Foto: Familia de Ferrer

La Niña II cumplió su objetivo al llegar a San Salvador el 25 de diciembre de 1962, después de haber sufrido numerosas adversidades, entre las que se encuentra una avería del timón, que junto con la ausencia total de viento, retrasó el viaje cuarenta y dos días. Aunque el capitán Etayo aseguró que nunca estuvieron perdidos, las fuerzas aéreas norteamericanas fueron movilizadas para localizar a la carabela, que no daba señales de vida y se les suponía ya por perdidos en el océano. El día 30 de noviembre, un avión de la Marina de los Estados Unidos localizó a la Niña II y les lanzó una balsa salvavidas y una radio portátil, que no pudieron utilizar por sufrir una avería al caer al agua, además de una radio boya con la que terminaron comunicándose con el siglo XX, algo con lo que no estaba nada de acuerdo el capitán Etayo, ya que la aventura había perdido carácter. El avión les envió el rumbo y la distancia para llegar a la isla más cercana —isla Barbuda—, pero Etayo consideró que mientras no hubiera peligro para sus tripulantes, había que continuar con la aventura.

El día 3 de diciembre dos aviones sobrevuelan la carabela y les envía un mensaje para ofrecerles víveres. El capitán decide someterlo a votación, ganando el rechazo. José Ferrer fue uno de los que votó en contra de aceptar víveres, pero los que habían votado a favor no tenían muy buen aspecto y el capitán solicitó que los enviaran. Finalmente, después de luchar varios días para alcanzar San Salvador, que ya estaba a la vista, fueron arrastrados mar adentro y terminaron por pedir remolque a la base naval americana.

La Niña de Colón tardó en la travesía treinta y tres días, mientras que la Niña II lo hizo en setenta y cinco días, debido a esta avería. A su llegada a la isla los tripulantes fueron recibidos como héroes al haber realizado esta travesía trasatlántica.

 La llegada oficial tuvo lugar el día 26 de diciembre, ante un grupo de unas sesenta personas que esperaban su llegada en la playa. El primero en desembarcar fue José Ferrer portando el pendón de los Reyes Católicos. Después de desembarcar, los nueve barbudos tripulantes acudieron a la iglesia católica de Coch Burn Town, ataviados con trajes del siglo XV, donde el capellán de la nave, Antonio Sagaseta ofició una misa.

La prensa internacional hizo un amplio eco de la noticia de la arribada de la Niña II a San Salvador con espectaculares titulares y amplios reportajes como el publicado en el Everin Star, el periódico de mayor tirada en Washington, con el siguiente titular: «La Niña II completa el viaje que Colón hizo en 1492»; Le Monde (París) «La Niña ha llegado a las Indias Occidentales»; France Soir (Paris) «La Niña II ha hecho de nuevo, en setenta y cinco días, el viaje de Cristóbal Colón».

Aquella aventura no fue un reto competitivo, ni se trataba de batir un récor, sino de ampliar los conocimientos del viaje de Colón y estudiar las dificultades de la navegación en aquellas carabelas. La experiencia sirvió para desmontar algunas leyendas sobre las dimensiones de la carabela colombina. La Niña II se había construido con unas medidas considerablemente más pequeñas, aunque era demasiado inestable, debido al diseño de su obra muerta que provocaba fuertes balances y, como consecuencia de ello, la entrada de agua en la embarcación.

La vuelta a España de la tripulación se retrasó algo más de la cuenta por problemas económicos, pues dependían de la venta de la carabela para pagarse el traslado. Durante la estancia en Nassau se alojaron en los hogares de unos españoles residentes en la isla, y tuvieron la necesidad de cobrar las visitas a la carabela para recaudar fondos, pero aquello no daba para mucho. Más tarde se trasladaron a Nueva York y desde allí regresaron a España invitados por el trasatlántico Covadonga.

La Niña II fue vendida al magnate de la televisión mexicana, Emilio Azcárraga. La carabela fue llevada a Veracruz por su capitán, Carlos Etayo. Se instaló en una exposición en México y después quedó anclada permanentemente en Acapulco como atracción turística.

Según la lista de pasajeros, José Ferrer debería haber desembarcado en La Coruña pero, por algún motivo que se desconoce, continuó viaje a Bilbao, desplazándose luego a Madrid, para desde allí trasladarse a Huelva en un camión de la empresa Hermanos Vázquez, que subían con frecuencia a la capital a llevar almejas. En Palos recuerdan el día que llegó como un hecho histórico; Ferrer se había convertido en una persona importante, en un héroe, y tuvo un masivo y caluroso recibimiento por parte de sus vecinos, que esperaban impacientes su llegada en la calle Cristóbal Colón, una calle muy propia para este recibimiento.

Fue condecorado por el Gobierno de España con la prestigiosa Cruz de Caballero de la Orden de Isabel la Católica, una distinción que tiene por objeto premiar aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden en beneficio de la Nación, o que contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la Nación española con el resto de la comunidad internacional.

José Ferrer Robles falleció el día 28 de agosto de 1974 a los 51 años de edad, víctima de un cáncer de laringe. Sus restos descansan en el cementerio de Palos de la Frontera.

En el primer aniversario de su muerte, el pueblo de Palos le rindió homenaje dedicándole una calle con su nombre y colocando una placa para perpetuar su memoria. La placa fue descubierta por el entonces alcalde de la localidad, don Urbano Cortegano López, en un acto al que asistieron las autoridades locales y numerosos vecinos.

Este artículo ha sido extraído del libro "Rompejato", de José Antonio Mayo Abargues. Fue publicado por la Comunidad de Regantes de Palos de la Frontera en marzo de 2016.

                                                                 José Antonio Mayo Abargues

Mazagón, enero de 2021

DE POSTAL

Playa de Mazagón (Huelva). Foto: Mamen Velo

29 enero, 2021

las obras de la avenida Conquistadores darán empleo a cerca de 90 personas

La concejala de Urbanismo dio ayer la bienvenida a las nuevas personas que han sido contratadas para trabajar en las obras de mejora que se están ejecutando en el acerado de la Avenida Conquistadores de Mazagón, a través del PFEA.

Gracias a este proyecto el Ayuntamiento de Moguer podrá dar empleo a casi 90 personas que están en el paro.
Ayuntamiento de Moguer

Cierre perimetral de Palos de la Frontera a partir de las 00h. del sábado 30 de enero

AVISO
Nuestro municipio, Palos de la Frontera, ha sido incluido en la modificación del anexo del Decreto del Presidente 3/2021, de 15 de enero, al superar los 500 casos de incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes, lo que supone el cierre perimetral de nuestro término municipal a partir de las 00h. del sábado 30 de enero.
Del mismo modo, también pasamos al NIVEL 4 grado 1, por el que cambian las distintas restricciones en relación a las medidas COVID-19 en Andalucía y puedes consultar en la foto anexa.

RECORDANDO EL PASADO

Playa de Torre del Loro en el año 1968 

Foto: Antonio Luis Ramírez

28 enero, 2021

Aiyi Díaz, alumna del IES Odón Betanzos de Mazagón, gana el concurso Buscamos VidrioInfluencer


Aiyi Díaz, alumna del IES Odón Betanzos de Mazagón, ha ganado el concurso Buscamos VidrioInfluencer que Ecovidrio ha organizado en toda la provincia.

La entrega de premios tendrá lugar mañana jueves  a las 12h de forma virtual, en un acto que podremos seguir en directo en: 
En este enlace puedes ver el proyecto ganador:

Ecovidrio ha clausurado con este certamen la campaña de sensibilización medioambiental que ha desarrollado entre el alumnado de secundaria y bachillerato de 10 municipios onubenses.
¡Felicidades Aiyi!
                                                                                                       Ayuntamiento de Moguer

Sí del PP, PSOE y VOX al proyecto de Fertiberia en los fosfoyesos

MESA DE LA RÍA LAMENTA QUE EL PLENO NUEVAMENTE RESPALDE EL PROYECTO DE FERTIBERIA PARA ENTERRAR LOS FOSFOYESOS

Del mismo modo, el pleno han rechazado la propuesta de dotar a la Policía Local con un departamento de drones para apoyo al resto de servicios municipales

El Ayuntamiento de Huelva, con los votos de PSOE, PP, VOX y la abstención de CS, ha vuelto a dar un “espaldarazo” a las intenciones de Fertberia de tapar los fosfoyesos con una capa de tierra.

Para el portavoz de Mesa de la Ría en el Ayuntamiento de Huelva, Rafael Gavilán, esto no hace sino “confirmar quienes dan la espalda a la ciudadanía y se alinean con quienes han contaminado nuestro ambiente y nos condenan a sufrir una mayor incidencia de enfermedades como el cáncer en Huelva”. “Todo lo que no suponga una eliminación de los residuos de la marisma, no puede considerarse una restauración medioambiental”, ha afirmado Gavilán.

Por otro lado, se ha rechazado, con los votos del partido socialista, la propuesta de dotar a la Policía Local de un servicio de drones para apoyo al resto de departamentos municipales. “Estos aparatos han mostrado su eficacia en caso de catástrofes como la de la pasada semana en Madrid, tanto para la búsqueda de posibles víctimas como de desperfectos en edificios”, ha defendido el concejal Francisco Romero. De igual modo, estos dispositivos pueden ser muy útiles en el control de vertidos ilegales en nuestro término municipal.

Por último, se ha interpelado al equipo de gobierno por la falta de intento de venta de las acciones del Recreativo desde hace más de dos años y se ha solicitado información sobre el coste económico que ha supuesto al Ayuntamiento la gestión del Club, cuestión que el partido socialista “se ha negado a responder debidamente”, según Mesa de la Ría.

27 enero, 2021

RECORDANDO EL PASADO

Espectacular foto de la Torre del Oro. Al fondo podemos observar un barco de la almadraba

Foto: Archivo Diputación de Huelva

La Casa del Vigía en tiempos de guerra

Histórica foto de la construcción de la Casa del Vigía en 1906. Foto: Antonia Hernández Suárez

La Casa del Vigía fue construida en 1906, según el proyecto del ingeniero Francisco Montenegro, con el fin de ser utilizada para controlar el tráfico marítimo de la ría de Huelva, verificar los sondeos, las observaciones meteorológicas, el estado de la mar y las incidencias en la navegación. Fue el primer edificio de Huelva y probablemente de Andalucía, en el que se utilizó el hormigón armado.

Este edificio emblemático de la historia del Puerto de Huelva y de Mazagón, tuvo una participación activa en varios episodios que tuvieron lugar en esta parte de la costa durante la I Guerra Mundial, Guerra Civil Española y II Guerra Mundial.

En la I Guerra Mundial la almadraba de Nuestra Señora de la Cinta, calada frente a la laguna de Las Madres, muy próxima a la Casa del Vigía, fue el lugar perfecto para el escondrijo de los submarinos alemanes que se mantenían al acecho de los barcos que entraban y salían del puerto de Huelva. Los investigadores Enrique Nielsen y Jesús Copeiro recogen en el libro Huelva en la I Guerra Mundial, algunos de los episodios ocurridos en esta almadraba, de los que el vigía de la barra fue testigo directo.

El martes 12 de junio de 1917, a escasas cinco millas al suroeste de la barra de entrada al puerto de Huelva, el vapor noruego “Symra” de 3.005 Tm fue hundido por el submarino minador UC-53. El barco se dirigía de Liverpool a Gibraltar con un cargamento de carbón. El buque era de moderna construcción y estaba dotado de telegrafía sin hilos. Sobre las doce del mediodía fue divisado por un submarino alemán que le ordenó parar para examinar la documentación, tras lo cual, ordenó su desalojo. Siguiendo el ya conocido protocolo, después de embarcar la tripulación en los botes salvavidas, los alemanes colocaron cargas explosivas en el buque.

Veinte minutos después de la explosión, el “Symra” yacía en el fondo del mar. Media hora más tarde, la tripulación del buque noruego era remolcada por uno de los vapores al servicio de la almadraba “Nuestra Señora de la Cinta” que la trasladó a La Cascajera, lugar de ubicación del Real de la almadraba. Tras el hundimiento del “Symra”, el submarino alemán se aproximó tanto a la barra que el vigía pudo divisarlo perfectamente.

Ese mismo día el “UC-53”  volvía a protagonizar otro incidente en el mismo escenario con el buque italiano “Deipara”, pero este barco que estaba artillado, le hizo frente con su cañón hasta que el submarino terminó por sumergirse y desaparecer. Temiendo un nuevo ataque, el “Deipara” emprendió la huida, pero se acercó demasiado a la costa que quedó varado en un banco de arena, donde permaneció hasta la creciente de la marea.

Señalan estos investigadores en su trabajo, que los submarinos eran buques novedosos en el panorama marítimo de la época, siendo fácil confundir las maniobras propias de inmersión con un hundimiento.

Huelva era un punto estratégico muy importante en la Guerra Civil, y fue utilizada para suministrar armamento a los nacionales por vía marítima —numerosos mercantes alemanes e italianos transportaban camuflados entre sus cargas gran cantidad de material bélico—, para controlar el tráfico de mineral de Riotinto y para dar cobijo a barcos y submarinos que hacían escala para el avituallamiento en este puerto. Todo este tráfico marítimo pasaba frente a la Casa del Vigía, siendo controlado por la batería de costa del Picacho, una batería mal ubicada y poco eficaz, que tenía que ser auxiliada por la fuerza aérea de la base de Tablada (Sevilla). Ría arriba, en La Rábida, había otra batería de costa para tratar de impedir el acceso de los buques al puerto de Huelva, pero ésta era aún menos eficaz que la anterior, ya que estaba demasiado retirada de la línea de costa.

El 27 de agosto de 1936, el diario Odiel informaba de la detención de seis individuos que iban a bordo de una embarcación, junto a la Casa de los Prácticos, contigua a la del Vigía. Fueron sorprendidos a las cuatro de la mañana del día 26 por una escuadra marítima de Falange al observar una actitud sospechosa. El patrón resultó ser de Huelva y los cinco restantes naturales de Ayamonte y domiciliados en Huelva.

Interrogados por los falangistas, contestaron que iban a pescar, pero como la respuesta no les convenció, pues carecían de la correspondiente autorización de la Comandancia de Marina, fueron trasladados a Huelva y confesaron que un submarino republicano les había obligado a ser sus confidentes y a proporcionarles víveres y noticias de la situación en Huelva.

En la mañana de este mismo día, un destructor y un submarino republicano hundieron en la entrada de la barra, un barco de pesca, deteniendo a la tripulación, compuesta en su mayor parte por marineros de Moguer y Cartaya. Las baterías del Picacho dispararon contra los barcos republicanos, y éstos repelieron la agresión, cruzándose entre ambas partes numerosos cañonazos hasta que los barcos emprendieron la huida.

Era frecuente que los submarinos se acercaran a la costa de Huelva; unas veces con el propósito de aprovisionarse, ignorando que Huelva había sido tomada ya por las fuerzas nacionales, otras, para hundir o apresar algunos barcos. Al principio de la guerra la Armada republicana contaba con 12 submarinos, mientras que los nacionales no tenían ninguno, aunque no tardaría mucho en llegar la ayuda de Alemania e Italia para paliar esta carencia. Sin submarinos, Franco no podían hacer frente al tráfico mercante enemigo.

La guerra no había hecho más que empezar, y Huelva comenzaba a cobrar protagonismo en el conflicto. A las ocho y media de la tarde del 27 de agosto, dos aviones sobrevolaron la capital, alarmando a la población y a las propias autoridades locales que desconocían los motivos de esta operación. Como medida de seguridad se mandó apagar el alumbrado público, mientras se consultaba a los mandos militares de Sevilla y Cádiz, quienes respondieron que los dos aeroplanos estaban en Huelva en cumplimiento de un servicio. A las diez y media los aviones volvieron a volar sobre Huelva en dirección a la entrada de la barra para bombardear a un barco republicano. Las fuertes explosiones fueron escuchadas desde Huelva y Gibraleón, siendo la última la más potente.

Muelle del Vigía en los años 40. Estuvo operativo hasta el año 1963, que resultó dañado por un fuerte temporal. En el embarcadero vemos a la izquierda al guarda forestal, José Gómez Alfaro, y a su lado al encargado de la V División Hidrológica Forestal, Juan Pereira Pereira. Foto: Montemayor Gómez Hernández.

El 29 de julio de 1936, once días después de iniciada la guerra, el vigía fue testigo del bombardeo en la entrada de la barra de los cargueros Ita Roberto Ramos, por parte una flotilla republicana encabezada por el crucero Miguel de Cervantes y el destructor Alcalá Galiano. El objetivo no era otro que el de bloquear el canal para impedir el abastecimiento a la provincia de pescado y comestibles, así como el tráfico de mineral de cobre de las minas de Riotinto, uno de los recursos más importantes de la economía nacional en aquella época, y que fue moneda de cambio para adquirir ayuda de países con regímenes políticos fascistas, como Alemania e Italia. Los proyectiles alcanzaron a los dos barcos que navegaban por el canal, echando a pique al Roberto Ramos y dejando encallado al Ita, fuera de la zona practicable del mismo, aunque no consiguieron cortar el tráfico marítimo. La agresión fue repelida por la aviación de la base de Tablada (Sevilla), mientras las respectivas tripulaciones abandonaban los barcos, momento en el que el vigía de la barra pudo observar desde el torreón, a través de los prismáticos, cómo una canoa huía a toda velocidad para terminar refugiándose entre los barcos republicanos. Más tarde se pudo comprobar que las válvulas de inundación de los dos barcos habían sido abiertas para facilitar su hundimiento.

El Ita, de 89 metros de eslora por 12,55 de manga, corría el peligro de ser desplazado al centro del canal por los embates del mar y, por tanto, dificultar o impedir la navegación. Había que retirarlo de allí en el menor tiempo posible y, aunque los trabajos para su rescate comenzaron el mismo día, se prolongaron durante una semana, operación que fue seguida desde tierra por numerosos curiosos. Una vez reflotado fue enviado a Cádiz para ser reparado.

En la inspección realizada posteriormente al Roberto Ramos, las autoridades de Marina, decidieron que no valía la pena intentar ponerlo a flote por el mal estado del casco que no resistiría mucho más tiempo el azote de las olas.

Según cuenta el investigador Jesús Copeiro en su libro “Espías y neutrales: Huelva en la II Guerra Mundial”, a pesar de la supuesta “neutralidad” de España durante la II Guerra Mundial, la Casa del Vigía jugó un papel importante en el espionaje y sabotaje de los barcos aliados. La información que el vigía enviaba a Huelva: partes de incidencias habidas, entradas y salida de los barcos, tiempo atmosférico, estado de la mar, etc., era utilizada por el telefonista del puerto de Huelva, Miguel Garzón Castaño, falangista e integrante de una red de espionaje alemana al servicio de Adolfo Claus Kindt, jefe del servicio secreto militar alemán (Abwehr) en Huelva, y el responsable de las acciones de espionaje, contraespionaje y sabotaje contra los intereses británicos. Miguel Garzón trabajaba en los altos de las oficinas de la comisaría del puerto, allí estaba el cuarto de los guardas y la habitación aparte de la centralita telefónica para la barra y zona interior del puerto. Mediante un teléfono de manubrio y a través de una línea interior, Garzón mantenía contacto con el vigía de la Barra que le facilitaba esta información. 

Era el único teléfono que había en Mazagón por aquellos tiempos, ya que hasta 1970 no se comenzó a instalar la línea para la utilización de todos los ciudadanos, a instancias del Ayuntamiento de Moguer; un medio de comunicación, que junto al recién inaugurado puente del Tinto, vino a dar vida a esta población aislada de Huelva.

                                                                             José Antonio Mayo Abargues

Mazagón, enero de 2021

25 enero, 2021

José María Galán, un activista que pone freno a la caza furtiva

José María Galán pasó de rastrear animales como guía en Doñana a perseguir cazadores furtivos en el continente africano. Lucha contra el tráfico internacional de especies, el lucrativo negocio que enriquece a organizaciones criminales mientras genera pobreza y elimina animales en los países de origen.

La media son 33.000 elefantes abatidos anualmente. Eso supone unos 90-100 elefantes que caen por el marfil diariamente en África”. Quien proporciona estos datos es José María Galán (Almonte, 1972), el guía del Parque Nacional de Doñana que trabaja para alcanzar los objetivos del Plan Nacional de Lucha contra el Tráfico Ilegal y el Furtivismo Internacional (TIFIES).

Fuente: El País

DE POSTAL

Camellos en Doñana/José A. Mayo

24 enero, 2021

El Vigía al atardecer

CASA DEL VIGÍA DE LA BARRA

Mazagón (Huelva)

 

23 enero, 2021

Descubiertas en Huelva las huellas del antecesor del cerdo ibérico

En una zona de dunas costeras, ya fosilizadas y situada en los límites de lo que hoy es Doñana, un gigantesco ejemplar de jabalí, que en aquella época podía llegar a pesar hasta 300 kilos
Representación del jabalí antecesor del actual cerdo ibérico que dejó su huella en la costa de Huelva hace 106.000 años. JOSÉ GALÁN/El País

Fuente: El País

Hace unos 106.000 años, mientras el resto de Europa sobrevivía sepultada bajo la nieve y los glaciares, el suroeste de la península Ibérica, con un clima más benigno, era el refugio de los últimos neandertales y de la megafauna del continente, como el elefante prehistórico de “colmillo recto” (Palaeoloxodon antiquus). En una zona de dunas costeras, ya fosilizadas y situada en los límites de lo que hoy es Doñana, un gigantesco ejemplar de jabalí, que en aquella época podía llegar a pesar hasta 300 kilos, dejó su huella. Su estirpe estaba llamada a convertirse en uno de los más importantes tesoros gastronómicos del mundo: ese cerdo salvaje fue el ancestro del pata negra, la actual raza ibérica.

El estudio de las huellas fósilizadas de estos animales ha permitido clasificarlas a nivel mundial como un nuevo icnogénero e icnoespecie e identificar la especie productora. Su hallazgo ha sido liderado por los investigadores Carlos Neto, del Unesco Naturtejo Global Geopark y la Universidad de Lisboa; Fernando Muñiz, de la Universidad de Sevilla; Joaquín Rodríguez Vidal y Zain Belaústegui, de Huelva y Barcelona, respectivamente; junto con otros investigadores de los centros mencionados, de Coimbra y el Museo Nacional de Gibraltar. El trabajo ha sido portada en la revista internacional especializada en paleontología Palaios.

El acantilado del Asperillo, situado en el límite de Doñana y en el enclave costero de Matalascañas (Almonte, Huelva), se ha convertido en una mina para la investigación icnológica, la ciencia que estudia las huellas y señales que dejaron los organismos en épocas pasadas en los sedimentos y las rocas. Los temporales del pasado invierno dejaron al descubierto numerosas evidencias del paso de la fauna por esas arenas hace más de 100.000 años, un libro abierto sobre la vida en una zona paradisiaca que albergó animales enormes y aparentemente exóticos en relación con los ecosistemas actuales.

22 enero, 2021

Moguer a la espera del cierre perimetral de su municipio

El alcalde Gustavo Cuéllar comparece para informar que en Moguer hay 111 casos positivos por Covid-19, superándose en 2 puntos la tasa de incidencia que estable la Junta de Andalucía, que podrá decretar el cierre perimetral del municipio en los próximos días.

 

ACTO CONMEMORATIVO DEL 95ª DEL VUELO DEL PLUS ULTRA

Palos de la Frontera ha conmemorado el 95º Aniversario de la partida del hidroavión “Plus Ultra” desde el Puerto de Palos, el primer vuelo transoceánico de la historia que une España y Latinoamérica desde el aire, con un solo avión.

En esta ocasión, y ajustándose a las circunstancias del momento, la celebración se ha visto reducida a un sencillo acto en La Rábida en el que no se han convocado ni a autoridades,  ni a público.

El alcalde de la localidad, Carmelo Romero, junto a los concejales, Ana Aroca y José Manuel Pérez, realizaron una ofrenda floral ante en el monumento del Ícaro, donado por el gobierno Argentino. Un gesto de homenaje a los intrépidos aviadores del Plus Ultra que hicieron posible el mayor hito en la historia de la Aviación Española.

En años anteriores el programa de actos era organizado por el Ayuntamiento de la localidad y el Ejercito del Aire, contando con la colaboración del Club Social Plus Ultra la Real Sociedad Palósfila Pinzoniana y la Real Sociedad Colombina Onubense. Se impartían diferentes discursos e incluso se realizaban exhibiciones aéreas como la realizada en el 2020 por la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire. Este año, pese a las diferentes circunstancias, no se ha querido pasar por alto la conmemoración la efeméride de uno de los hechos más importantes acontecidos en Palos de la Frontera, junto con el Descubrimiento de América.

Se amplía el cierre perimetral en Andalucía a 396 municipios y se prohíbe la actividad no esencial en 185

Estas medidas entrarán en vigor a las 00.00 horas del sábado, 23 de enero de 2021,

21 enero, 2021

DE POSTAL

Laguna de Moguer, Parque Natural de Doñana


Así de atractiva estaba la laguna de Moguer a primera hora de esta mañana

Palos de la Frontera conmemora el 95º Aniversario de la partida del Plus Ultra

 En esta ocasión, el programa de actos se ha reducido a una sencilla ofrenda floral a los pies el Ícaro de La Rábida

Palos de la Frontera conmemora el 95º Aniversario de la partida del hidroavión “Plus Ultra” desde el Puerto de Palos, el primer vuelo transoceánico de la historia que une España y Latinoamérica desde el aire. En esta ocasión, y ajustándose a las circunstancias del momento, las celebraciones se verán reducidas a un sencillo acto en La Rábida en la que no se ha convocado ni a autoridades, ni público.

Este viernes 22 de enero, a las 12:00 horas, tendrá lugar en el monumento al Plus Ultra en el Muelle de la Reina del paraje rabideño una ofrenda floral a los intrépidos aviadores que volvieron a revivir el espíritu del Descubrimiento de América en 1926. El alcalde de Palos de la Frontera, Carmelo Romero, acompañado por una pequeña representación de la Corporación Municipal, será el encargado de realizar el homenaje a los tripulantes hicieron posible el mayor hito en la historia de la Aviación Española.

En años anteriores el programa de actos era organizado por el Ayuntamiento de la localidad y el Ejercito del Aire, contando con la colaboración del Club Social Plus Ultra la Real Sociedad Palósfila Pinzoniana y la Real Sociedad Colombina Onubense. Se impartían diferentes conferencias llevadas a cabo por experto en la materia, e incluso se realizaban exhibiciones aéreas como la realizada en el 2020 por la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire.

Izquierda Unida pide a la Junta que rescate a las pymes y autónomos onubenses con ayudas directas por valor de 90 millones de euros

Rafael Sánchez Rufo

Izquierda Unida ha llevado al Parlamento Andaluz una PNL con la que reclama al gobierno de la Junta de Andalucía la aplicación urgente de un fondo de rescate destinada a pequeñas empresas y profesionales autónomas y autónomos que en la provincia de Huelva supondría la inyección de unos 90 millones de euros destinada a hacer posible que “miles de familias onubenses puedan mantener los negocios de los que dependen su sustento y se frene la continua destrucción de empleo que sufrimos en toda la provincia de Huelva, agudizada por las medidas restrictivas y los confinamientos locales para luchar contra los contagios de Covid-19 entre la población”, según explica el Coordinador Provincial de IU en Huelva, Rafael Sánchez Rufo.

El fondo de rescate que reclama Izquierda Unida para las pequeñas empresas y las autónomas y autónomos asciende a un total de 1.000 millones para toda Andalucía y “sería la primera ayuda directa que realizaría el ejecutivo de Moreno Bonilla desde el inicio de la pandemia, ya que hasta ahora sólo ha destinado fondos para “estos sectores, de los que depende la mayor parte del empleo de la provincia onubense” aportadas exclusivamente por el Gobierno central y por Fondos Feder provenientes de la Unión Europea. “Es inconcebible que mientras el tejido empresarial que conforman los pequeños negocios, las pymes y el sufrido colectivo profesional de las autónomas y autónomos, ven como en sus trabajos sufren cada vez más pérdidas, la Junta de Andalucía se haya limitado a repartir para toda Andalucía una cantidad total que no alcanza los 126 millones de euros, aplicando una absurda y agresiva política de austericidio, al no querer destinar los enormes recursos propios de los que dispone para salvar de la crisis a miles de familias que lo están pasando muy mal”, señala Sánchez Rufo. Aquellas “limitadas e insuficientes” ayudas ni se vincularon al necesario mantenimiento del empleo, se dieron indiscriminadamente sin valorar quienes estaban acumulando más pérdidas y se quedaron en tan sólo mil euros por beneficiado, dejando a más de 15.000 solicitantes fuera por agotarse. 

Nostalgia cinéfila en pandemia


 Pantalla del antiguo Cine Miramar, en la avenida de los Conquistadores de Mazagón

Los que tenemos ya una edad recordamos con nostalgia aquellos cines de verano que marcaron nuestra juventud, en una época en la que lo más grandioso del ocio era el séptimo arte. La oferta era atractiva, dos películas por el precio de una: una de romanos y otra del Oeste. Poco importaba la trama de la película, pues lo verdaderamente interesante era aquel bocadillo de mortadela que nos zampábamos, mientras el  Sheriff perseguía al forajido pistolero por el desierto de Arizona. Eran otros tiempos.

Pero ahora que el coronavirus nos ha limitado todos los tipos de ocio y diversión en espacios cerrados, y que nuestros huesos se han acostumbrado ya a las gélidas temperaturas de las terrazas de los bares, no sería nada descabellado volver a recuperar la esencia de los cines al aire libre en esta época del año, respetando, eso sí, las medidas higiénicas y de distanciamiento. Y por qué no en un autocine, habilitando cualquier solar baldío, que bien pudiera ser la explanada de la playa de Las Dunas, donde podamos disfrutar de la experiencia de ver cine desde el coche al más puro estilo americano… Es solo una idea más para que este puñetero virus no siga adueñándose de nuestras vidas.

José Antonio Mayo Abargues

20 enero, 2021

El ministro Pedro Duque se compromete a financiar e impulsar el proyecto CEUS

El titular de Ciencia e Innovación pretende adquirir los terrenos en los que se asentará
La Junta deberá comenzar los trámites para la nueva Declaración de Impacto Ambiental

Óscar Lazameta
El proyecto de un Centro de ensayos de aviones no tripulados (CEUS) que desde hace varios años se pretende se pretende instalar en la localidad de Moguer ha dado en los últimos días un giro inesperado con la irrupción de un nuevo actor. Según ha podido confirmar Huelva Información, el titular del Ministerio de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, mostró de una manera personal a finales del pasado mes de diciembre su interés, no tan sólo por el desarrollo e impulso del proyecto, sino también por la financiación del mismo.

Según reconocieron fuentes conocedoras de estas conversaciones, Duque habló personalmente con el alcalde de la localidad de Moguer para transmitirle no tanto estar interesado en la cesión de los terrenos donde irá ubicado el CEUS, sino en la compra del mismo. El ministro aseguró que en los últimos días han llegado hasta sus dependencias, varios proyectos que buscan todo lo que el proyecto es capaz de ofrecer. De hecho, las pretensiones del titular de Ciencia e Innovación están no tanto en comenzar el proyecto con poco más que un hangar y una pista de aterrizaje como inicio del mismo, sino extenderlo hasta incluir unas instalaciones para el ensayo de prototipos de barcos y vehículos terrestres sin piloto.

El Ayuntamiento de Moguer suspende de manera temporal los marcadillos de Moguer y Mazagón


El Ayuntamiento de Moguer suspende de manera temporal los marcadillos de Moguer y Mazagón como medida preventiva para luchar contra la propagación del Covid-19.
El Coronavirus sigue entre nosotros, seamos responsables
        ¡Cuida de ti. Cuida de todos!                                                             Ayuntamiento de Moguer

Izquierda Unida reclama a la Junta una solución dialogada al conflicto entre pescadores artesanales y deportivos

David F. Calderón 

El portavoz de Izquierda Unida en la Diputación, David F. Calderón, defenderá una iniciativa en el próximo Pleno provincial para reclamar a la Junta de Andalucía que “asuma sus competencias e impulse una solución dialogada al conflicto que se está produciendo entre los pescadores artesanales con trasmallo y el sector de la pesca deportiva, a tenor de las prácticas furtivas de una minoría que está perjudicando a ambos sectores pesqueros”.

El diputado provincial de Izquierda Unida propone que la Junta de Andalucía trabaje con ambos sectores para llevar a cabo la regulación de horarios de la pesca deportiva, la actualización del Decreto de 2003 que la regula y el desarrollo de líneas de investigación sobre el volumen de capturas, la repercusión socioeconómica y el impacto de la pesca recreativa en los recursos pesqueros.

En Huelva hay unas 200 embarcaciones y 500 marineros que se dedican a la pesca tradicional con trasmallo, que deben convivir con las más de 25.000 licencias de pesca deportiva. Calderón señala a Junta de Andalucía “como responsable directa del conflicto por su inacción” para garantizar el cumplimiento de su objetivo prioritario para controlar a una minoría que practica el furtivismo, amparándose en licencias deportivas.

La escasa información disponible, a nivel europeo, sobre la pesca recreativa, su volumen de capturas y su impacto económico y medioambiental constituye un obstáculo para desarrollar revisiones e implantar sistemas de gestión que garanticen un control efectivo de esta actividad. Ello motivó que en 2017 el Parlamento Europeo aprobara una resolución instando a los países miembros a recopilar información sobre esta modalidad de pesca y garantizar que se desarrolle de manera sostenible y compatible con la política pesquera común. 


En la misma resolución, el Parlamento Europeo dictaminó que la pesca recreativa “no debe mermar las posibilidades de la pesca profesional, ni el reparto equilibrado de los escasos recursos pesqueros entre las actividades y recreativas, especialmente en el caso de la pesca artesanal”.

Calderón precisa que “ejercer el furtivismo bajo el paraguas de la pesca deportiva es una práctica tan dañina para el sector profesional, como para la conservación de los recursos pesqueros y el propio sector de la pesca deportiva, que en su mayoría desarrolla su actividad dentro de su marco normativo y con respeto a las buenas prácticas”

RECORDANDO EL PASADO


Playa del Arroyo Julianejo de Mazagón en los años 60. Campamento de verano de Triana (Sevilla)/Colección de José Manuel Gómez Domínguez

19 enero, 2021

Cuesta Maneli, una playa descuidada


Sendero de la Cuesta Maneli/José A. Mayo

Al terminar la temporada estival, la Cuesta Maneli, una playa virgen del Parque Natural de Doñana, ubicada entre las poblaciones de Mazagón y Matalascañas, lugar de extraordinaria belleza, deja de existir. Las autoridades responsables de su gestión se olvidan de ella, dejándola sin servicio de recogida de basuras, pese a ser una playa muy visitada en todas las épocas del año.

Ante la falta de contenedores donde poder depositar las basuras generadas durante la jornada de playa, la gente las amontona junto a la escalera de acceso. Y no es mala idea si lo que se pretende con ello es facilitar su recogida o salvarlas de las grandes mareas para que no terminen siendo arrastradas hacia el mar, pero lo correcto sería que esas basuras regresen hasta el contenedor más próximo en las mismas bolsas que las ha llevado hasta la playa.

Basuras acumuladas en la escalera de acceso a la playa/Fernando Martín Vega

Esta triste imagen va mucho más allá de lo estético o medioambiental, ya que influye de una manera muy negativa en el turismo, una de las principales fuentes de ingresos de los municipios del entorno.

José Antonio Mayo Abargues

18 enero, 2021

Medidas adoptadas por el Ayuntamiento de Moguer para frenar el avance del Coronavirus


El alcalde y su equipo de gobierno adoptan estas medidas preocupados por la tercera ola del Covid y con el único deseo de proteger a la población.

Según los últimos datos facilitados por la Junta de Andalucía, Moguer y Mazagón están en Nivel 14 Grado 1 con 357 casos positivos a día de hoy.
¡Cuida de ti, cuida de todos!
                                                                                                Ayuntamiento de Moguer

La almadraba del Loro

 

Esquema de una almadraba/José Luis González Arpide

La almadraba del Loro estaba situada a levante de la Torre del Río del Oro, popularmente conocida como Torre del Loro, en Mazagón. La técnica de esta pesca artesanal para capturar el atún rojo comenzaba en el mes de marzo y se prolongaba hasta el mes de agosto. El atún rojo de almadraba tiene un valor añadido, gastronómico, ambiental y cultural, y por su calidad se considera el “Pata Negra” del mar. Esta técnica de pesca se remonta a 3.000 años de antigüedad y su origen se le atribuye a los fenicios. Los duques de Medina Sidonia llegaron a explotar el negocio de esta pesquería desde Huelva a Gibraltar. En el asentamiento romano de Baelo Claudia, en Bolonia (Cádiz), hay vestigios de su trasformación en salazones.

 El arte de la almadraba es un laberinto de mallas mediante las que se acorrala y encierra a los atunes. Su estructura, formada por cables de acero está anclada al fondo, y la red se mantiene a flote con boyas. Hay varios tipos de almadrabas, pero todas funcionan bajo el mismo principio: aprovechar la conducta que presentan los peces frente a cualquier objeto que intercepte su camino y atraparlos en ese laberinto.

Las almadrabas tenían que estar señalizadas desde un punto perfectamente visible en tierra. Eran unas torres cilíndricas y huecas, construidas con ladrillos, de mayor a menor y terminando en forma de chimenea, que además de servir de atalaya para marcar la situación de la almadraba, eran el punto de referencia para calar las anclas al principio de temporada. Para ello se encendía una hoguera en su interior con ramas húmedas para provocar mucho humo y ser vistas desde alta mar para proceder al calado. En los acantilados del Asperillo, entre la Cuesta Maneli y el antiguo cuartel de Mata del Difunto hay una torre de marcación, que a pesar del paso del tiempo se encuentra bien conservada.

Marcación de la almadraba en los acantilados del Asperillo/José A. Mayo

En los años cincuenta del pasado siglo, los pescadores llegaban al Loro desde Almería, Lepe e Isla Cristina, dos meses antes de la temporada para calar la almadraba. Los primeros en llegar eran los capitanes; el primer capitán era de Valencia y el segundo de Santander. Y lo primero que hacían era ir al poblado de pescadores, ubicado en lo alto del acantilado, para hablar con Joaquín el de La Barca, un pescador de Lepe que se había instalado allí en 1924 para dedicarse a la pesca desde Mazagón hasta la desembocadura del Guadalquivir. Nadie mejor que Joaquín conocía esta parte de la costa y los cambios que las mareas provocaban en la morfología del fondo marino. En esta almadraba trabajaban varios pescadores de Lepe, entre los que se encontraban José Antonio Fernández Oria, el Pelao, sus hijos, José y Juan Fernández Ferrera, y tres tíos de éstos. La almadraba tenía varios encargados que dirigían cada uno a la gente de sus pueblos. El Pelao era el encargado de los pescadores de Lepe. 

Ser pescador almadrabero era un trabajo muy solicitado en aquella época y no era cosa fácil de conseguir: «Para entrar en la almadraba había que llevar una buena carta de recomendación, allí no entraba a pescar cualquiera, pero como yo era hijo del encargado me metieron muy joven», cuenta Juan Fernández Ferrera, el Pelao, que conserva gratos recuerdos de la almadraba, a pesar de la dureza del trabajo y de las calamidades que pasó.

Presenciar una levantá de la almadraba era un espectáculo maravilloso que nadie se quería perder. La levantá es la operación de levantar los atunes que han entrado en el copo de la almadraba para ser izados a las embarcaciones. Cuando el capitán de la almadraba considera que la concentración de atunes en el copo es buena, ordena la levantá, y las embarcaciones se abarloan sobre los corchos del copo y comienzan a elevar la red del fondo para llevar a los atunes hacia la superficie. Esta operación era motivo de una gran expectación entre los vecinos del poblado forestal de Mazagón, de las chozas de Bonares y de los diferentes asentamientos de esta población, que todos los años acudían al poblado del Loro para asistir a la levantá. Desde allí se lanzaba un cohete para avisar a uno de los barcos para que fuera a recogerlos a la orilla y llevarlos un par de millas más allá, donde se encontraba la almadraba para asistir al proceso de su captura. Los atunes eran transportados a Huelva por el vapor Martínez Campos y cuatro barcos más de motor: el César, el Pérez Lila, El Consorcio y el San Fernando.

Vecinos de Mazagón regresan de ver una levantá/Familia Joaquín Suárez

En las primeras levantás podían entrar ejemplares de tres metros de largo y más de setecientos kilos de peso. Los pescadores van jalando de la red hasta que el atún se queda prácticamente sin agua, y éste empieza a saltar desesperadamente, momento que aprovechan para engancharlos con un arpón por la cabeza y subirlos a bordo. El agua comienza a agitarse como si estuviera hirviendo por su aleteo y el cerco de la almadraba se tiñe de rojo por la sangre que brota de sus cabezas.

Momento de la levantá en la almadraba del Loro/Luis Claus

El Consorcio Nacional Almadrabero, al que pertenecía la almadraba del Loro, tenía contratado a Joaquín para recoger con sus barcos los flotadores de corcho que se soltaban de las relingas. Éstos eran retirados del mar y llevados a tierra para almacenarlos, apilándolos en distintos lugares; los buenos, los que se podían volver a utilizar eran devueltos a la almadraba, cobrando un real por pieza, y los que estaban más deteriorados se cargaban en un camión con destino a una fábrica de Algeciras para su posterior reciclado y transformación.

 Curiosamente, el poblado donde estaban instalados los pescadores de la almadraba del Loro estaba situado muy lejos de la zona, concretamente en el lugar conocido como La Cascajera, en la Isla Saltés. Tal vez aquello se debiera a un motivo estratégico de índole comercial, por la proximidad de la almadraba de Las Torres, calada en la isla vecina de Banco del Manto, y la almadraba de La Cinta, calada frente a la laguna de Las Madres; pero sin duda alguna no era el sitio más idóneo para los pescadores del Loro, que se tenían que desplazar varias millas para ir y venir a la almadraba. En La Cascajera estaba ubicado el real de las tres almadrabas; un poblado que albergaba a todos los trabajadores relacionados con esta industria, y que contaba con una gran infraestructura para el sostenimiento de la misma: dos naves dedicadas a almacén, calderas para alquitranar las redes y las amarras, una instalación para el combustible y un muelle de atraque, así como un cuartel de Carabineros que controlaban el tráfico de mercancías.

Plano de la Isla Saltés. A la derecha se puede observar el real de la almadraba/Instituto Oceanográfico. Archivo de la Biblioteca Nacional

Hoy esta pesquería tradicional está condenada a desaparecer por la proliferación de las granjas de engorde que han llegado a saturar el mercado nacional y japonés con un atún más graso y de inferior calidad.

Este artículo ha sido extraído del libro “Memorias de las Playas de Castilla: Joaquín el de La Barca”, publicado por Juan Sánchez Muliterno en mayo de 2014.

José Antonio Mayo Abargues

Mazagón, enero de 2021