En esta ocasión, el programa de actos se ha reducido a una sencilla ofrenda floral a los pies el Ícaro de La Rábida
Palos de la Frontera conmemora el 95º Aniversario de la partida del hidroavión “Plus Ultra” desde el Puerto de Palos, el primer vuelo transoceánico de la historia que une España y Latinoamérica desde el aire. En esta ocasión, y ajustándose a las circunstancias del momento, las celebraciones se verán reducidas a un sencillo acto en La Rábida en la que no se ha convocado ni a autoridades, ni público.
Este viernes 22 de enero, a las 12:00 horas, tendrá lugar en el monumento al Plus Ultra en el Muelle de la Reina del paraje rabideño una ofrenda floral a los intrépidos aviadores que volvieron a revivir el espíritu del Descubrimiento de América en 1926. El alcalde de Palos de la Frontera, Carmelo Romero, acompañado por una pequeña representación de la Corporación Municipal, será el encargado de realizar el homenaje a los tripulantes hicieron posible el mayor hito en la historia de la Aviación Española.
En años anteriores el programa de actos era organizado por el Ayuntamiento de la localidad y el Ejercito del Aire, contando con la colaboración del Club Social Plus Ultra la Real Sociedad Palósfila Pinzoniana y la Real Sociedad Colombina Onubense. Se impartían diferentes conferencias llevadas a cabo por experto en la materia, e incluso se realizaban exhibiciones aéreas como la realizada en el 2020 por la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire.
Los cuatro protagonistas de la primera gran
hazaña de la historia de la aeronáutica española partieron de Palos a las ocho
menos cinco de la mañana del 26 de enero de 1926, en una aeronave Dornier Do J
“Wal” (ballena en alemán) de 17,25 metros de longitud y 1,75 metros de altura,
con dos motores de 450 caballos capaces de desarrollar una velocidad de crucero
de 145 kilómetros por hora con carga máxima hasta 180 km/h, cargado de 3.900
litros de combustible, un peso total de 6.800 kilos y con una autonomía de
vuelo de diez horas.
El objetivo del “raid”, en siete etapas, no solo
era batir el récord del mundo de distancia recorrida por escalas, sino además
abrir una línea de correo veloz a través del Atlántico. El vuelo, que partía
del mismo lugar que lo hiciera siglos antes Cristóbal Colón en busca del Nuevo
Mundo, iba a recorrer 10.270 kilómetros en 59 horas y 30 minutos, y tenía al
frente un piloto, Franco, un observador, Ruiz de Alda, un segundo observador
enviado por la Armada, Durán, y el mecánico Rada.