Foto: J.A. Mayo |
El Palacio del Acebrón es una antigua
casa-palacio, mandada construir por Luis Pedro Espinosa Fontdevila en la
segunda mitad del siglo XX. Está situado en el entorno del Parque Nacional de Doñana, a 6 kilómetros del Centro de Visitantes La Rocina. El palacio
es hoy un centro de interpretación de la vida en Doñana.
La construcción del Palacio del Acebrón se inició con
la preparación del solar, a principios de 1959. Las operaciones de edificación
y montaje se desarrollan principalmente desde 1959 a 1961, y la última fase de
terminaciones y acabados se prolonga entre 1962 y 1965. Sin embargo, y a pesar
de que el edificio no estaba concluido, el propietario distinguió como fecha de
fin de obra el año de 1961. Esta fecha aparece tanto en la cancela de entrada
como en el escudo sobre la chimenea.
El Palacio como propiedad privada y aislada, rodeada
de un entorno inmerso en las transformaciones más importantes de su historia
reciente, era una finca solo visitada por algunos familiares y personas de
confianza. El principal uso que se le daba era el cinegético, además de
extracción de esencias de eucaliptos y corcho. De estas tres actividades las
monterías no se consideraba un negocio al uso. Solo las élites se permitían
asistir a estos eventos estrictamente sociales. El selecto grupo de cazadores
compartía comida y techo durante varias jornadas, en las que se establecían
importantes contactos, fuentes de negocios potenciales, influencia y poder. El
escenario de ese encuentro era el pabellón de caza, edificio con numerosas habitaciones,
grandes cocinas y amplias caballerizas.
Durante parte de su vida, el promotor del Palacio,
Luis, mantuvo una amistad cordial con Franco quien, en sus visitas a la zona,
se había reunido e incluso se había hospedado en casas de la familia Espinosa.
En este sentido, el Palacio del Acebrón pudo plantearse como una mansión
ejecutiva para reuniones y hospedaje de personalidades de la época, aderezadas
con ocasionales jornadas de caza*.
*José Mª Galán Martín, Doñana y su entorno como zona patrimonial. El Palacio del Acebrón. Una arquitectura simbólica de luz y de rocío, pp.374, 383, 384.