En las ruinas de la Torre del Oro, en el Parque Natural de Doñana
Cuesta trabajo creerlo, pero
hay percebes en Doñana. Alguien podrá pensar de que se trata del falso percebe, pues no, es el auténtico,
el que vive permanentemente pegado a las rocas golpeadas por las olas, ya que
el falso es un nómada que viaja entre algas y desechos marinos hasta llegar a la
orilla.
Yo ya tengo preparada la
sal, las hojas de laurel y la botella de Albariño en el frigorífico para darme
un festín cuando estos moluscos terminen de desarrollarse. Que esto no salga de aquí.
Ruinas de la Torre del Oro en la bajamar. Entre los huecos
de la parte baja de estas piedras crecen los preciados moluscos/ José Antonio
Mayo.