A
principios del siglo XX con la instalación de una almadraba junto a un
importante poblado pesquero y ya con un turismo considerado de veraneantes en
nuestra costa, la del Río del Oro fue perdiendo su identidad almonteña y
coronándose como un símbolo de la vecina Mazagón. Seguimos sin entender
el movimiento de lindes efectuado en aquella zona en la década de 1980 donde
Palos de la Frontera absorbe literalmente la torre hacia su término y Lucena
del Puerto se adelanta desde el arrecife hasta la misma playa cuando esta
carece y ha carecido de litoral.
Vista parcial del arroyo Río
del Oro y de fondo los restos de la Torre del mismo nombre
Pese a que los medios
informativos insistan en vender la playa Torre del Loro o Río del Oro como una
playa virgen perteneciente a la playa de Mazagón, en término de Palos de la
Frontera, no es sin más que un síntoma de dejadez por parte del ayuntamiento
almonteño el relegar de esta playa por la absorción turística que ha ejercido
durante décadas la playa de Matalascañas. Sí, playa Río del Oro, que es
originariamente como se llama, pertenece al término municipal de Almonte, y no
a otro.
Su acceso se localiza desde
la carretera A-494 desde la urbanización Torre la Higuera/Matalascañas en
dirección a Mazagón, a unos 17,41 kilómetros. Desde la cancela hacia la bajada
de la playa tiene un recorrido de unos 1,20 Km, paralelo al arroyo Río del Oro
del cual determinan los términos municipales de Almonte y Lucena del Puerto.
Desde 2017, el acceso desde la carretera se encuentra cerrada la verja con un
candado tras el incendio de Doñana en el mes junio de dicho año. Distintos
grupos, organizaciones y políticos vienen reclamando la apertura del acceso que
se encuentra dentro del espacio natural de Doñana. Tristemente para acceder a
ella se debe de acceder por el Camping Doñana, justo a unos pocos metros,
camping situado dentro de los términos de Lucena del Puerto y Moguer. El precio
de una estancia es lo que tiene que pagar si quieres bajar hacia la playa por
Camping Doñana, de la que presume como “tranquila playa exclusiva”. Un
auténtico atropello.
Mapa de la situación de la
playa Torre del Loro o Río del Oro en el término municipal de Almonte, junto a
los términos de Palos de la Frontera, Moguer y Lucena del Puerto
Historia:
En el deslinde de Almonte
del año 1431, se dice que “…del estelo del carbón (cerca del Rocío) arriba
hasta el charco de la Barrosa, que era costa de la mar, que era término de la
Figuera (Higuera), que era término de Almonte. Y de la Higuera hasta el Río del
Oro por la playa, por la montaña, todo término de Almonte, hasta que partía con
la playa de Doña Elvira en Palos (de la Frontera)”.
En aquel punto del arroyo
Río del Oro confluía los términos municipales de varios pueblos. Por la playa
lo hacía Almonte y Palos, y desde las vertientes del arroyo hacia arriba por
los arrecifes los hacían Moguer y Lucena del Puerto.
Desde el núcleo urbano de
Almonte, partía una vereda hacia la playa con el nombre de “Camino del Río del
Oro”, mencionado en un documento de 1335, dada la importancia que tenía aquél
lugar. Hoy ese camino es conocido como carretera de Cabezudos.
Almonte disponía de varios
poblados pesqueros en la costa dedicados a la pesca de bajura (xabegas) como
los de La Higuera, Atarazanas o Asperillo y el del Río del Oro. Este último fue
el más importante de todos a lo largo del Antiguo Régimen, con unos 250 a 400
hombres residiendo permanentemente todo el año. El ayuntamiento almonteño
concedía una media anual de 20 a 30 licencias para construir casas pajizas,
bajo su tasa correspondiente, y cada año nombraba su delegado municipal que
ejercía también a modo de alguacil con el título de “Fiel de la Renta de los
Asientos del Río del Oro”. Eran igualmente abundantes las licencias para hacer
chozas al objeto de vender mercaderías a los asentados.
La importancia poblacional y
económica de este enclave pesquero fue de tal calibre que incluso se llegaron a
fabricar dos molinos harineros por el hacendado y presbítero almonteño Juan
Pinto en 1613, en los peores años de los ataques corsarios turco-berberiscos en
las playas.
Javi el almonteño