Hoy se
ha presentado en la casa-museo Zenobia-Juan Ramón la Pieza del Mes dedicada al
centenario de la revista “Índice”, un proyecto editorial del genio moguereño
que pretendía crear un espacio de encuentro entre jóvenes poetas y autores ya
consagrados. La concejala de Cultura Eva Rodríguez, el director de la Fundación
del Nobel Antonio Ramírez, y la directora de la Cátedra JRJ de la Universidad
de Huelva, María Rosa García, han presidido el acto.
Asistentes a la presentación |
En julio de 1921 salió a la
calle el primer número de la revista “Índice”, un proyecto editorial del poeta
moguereño Juan Ramón Jiménez quien, con la ayuda de Juan Guerrero Ruíz,
concibió esta revista “pura” e “intelectual” que nacía con la idea de crear un
puente intergeneracional para cultivar la cultura y lo humano entre los más
jóvenes y los autores ya consagrados.
Juan Ramón, que residía
entonces junto a Zenobia en la calle Lista de Madrid, era un lector impenitente
de todo tipo de revistas literarias y estaba considerado ya como uno de los
grandes poetas españoles, por lo que el nacimiento de esta revista “Índice” se
convirtió en todo un acontecimiento para la cultura española de la época al
contar con colaboraciones y aportaciones de los autores más consagrados del
momento junto a los incipientes poetas que comenzaban a abrirse camino en el
panorama literario castellanoparlante.
En el primer número de
Índice aparecerán Ricardo Díaz-Canedo y Juan Guerrero Ruíz como secretarios de
la publicación, aunque el editor de la misma era realmente Juan Ramón, cuyo
nombre sólo aparecerá en una breve colaboración escrita, pese a que la impronta
de su diseño está presente en toda la revista.
Espectacular nómina de participantes en la revista |
En esta publicación el autor
de Platero supo conjugar, y con gran acierto, la élite de tres generaciones:
los consagrados, como Ortega y Gasset, Pérez de Ayala, Gómez de la Serna,
Azorín, los hermanos Machado, Eugenio D’Ors, Luis de Zulueta, y el propio Juan
Ramón; los desconocidos en aquel momento como Gerardo Diego, Antonio Espina,
José Bergamín, Jorge Guillén, García Lorca, Dámaso Alonso, Pedro Salinas,
Adolfo Salazar, Antonio Marichalar o Gabriel García Morato; y también autores
de la llamada generación intermedia como José Moreno Villa, Alfonso Reyes,
Corpus Barga, Pedro Henríquez Ureña, o Enrique Díez-Canedo, entre otros.
“Índice”, que a partir del
cuarto número sería subtitulada como “Revista de Definición y Concordancia”, se
plantea por tanto como una proclamación de escritores españoles e
hispanoamericanos, unidos por la exaltación del espíritu y la vida, y por el
gusto por la belleza.
Dentro del mismo proyecto,
se creó la “Biblioteca Índice”, una colección de libros de poesía que se
publicarían mensualmente, alternando los clásicos con los jóvenes literatos de
la que salieron a la venta seis ejemplares durante 1923, quedando proyectados
otros seis que lamentablemente no llegarían a aparecer.
Esta edición mensual es
discreta, austera y salpicada de detalles sutiles, como la portada amarilla,
escueta y sin adornos, o el cambio de cuerpo en la letra para la prosa o el
verso, cuestiones de diseño todas ellas en las que Juan Ramón solía tener la
última palabra por el exquisito cuidado que ponía en todas las ediciones que
pasaban por sus manos.
“Índice” pretendía
financiarse con suscripciones y las aportaciones económicas de los
colaboradores, todos ellos amigos de Juan Ramón, quien aportaba el dinero
inicial para su publicación. Sin embargo, el proyecto no progresaba
económicamente, y el anhelo de su principal fundador, salir de su aislamiento,
quedó truncado. A pesar de ello, fue una publicación que dejó huella tanto por
su exquisita edición, como por contribuir al lanzamiento de muchos jóvenes
talentos de las letras españolas.
En
el centenario de la revista, la Fundación Zenobia-Juan Ramón quiere poner en
valor este magnífico proyecto editorial liderado por el Nobel, que cuidó hasta
el mínimo detalle tanto su diseño como su contenido, de ahí la importancia de “Índice”
no sólo como aglutinadora y difusora de la poesía española del momento, sino
como ejemplo palpable de la magnífica labor editora de Juan Ramón, que siempre
tuvo una gran inquietud estética en la presentación de todas sus obras y un
gusto exquisito para diseñar sus ediciones.