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Loren Vázquez |
El abejaruco europeo es una
las aves más vistosas de nuestra fauna. Tal y como su nombre indica, se trata
de un especialista en el consumo de abejas, aunque también se alimenta de
otros insectos voladores. Aparte de por su colorido —uno de los más
llamativos de las aves europeas—, resulta muy fácil de reconocer por su característico
reclamo, que emite constantemente mientras vuela y que puede ser oído desde
largas distancias.
Esta ave, del tamaño de un
zorzal común, se distingue por su llamativa combinación de colores. Presenta un
pico largo y curvado, con una cola también larga, especialmente las dos plumas
centrales, que le proporcionan un aspecto estilizado. Su coloración resulta muy
vistosa, con partes dorsales rojizas, amarillas y verdosas, y zonas
inferiores verdosas y azuladas. Además destaca su garganta amarilla, delimitada
por una línea inferior y un antifaz negro. El iris es de color rojo sangre.
Apenas existen diferencias entre ambos sexos. Los machos lucen un color castaño
más oscuro y brillante en las zonas dorsales, mientras que las hembras poseen
tonalidades más verdosas en las alas y en el obispillo. Los jóvenes son de
colorido más apagado y tonos más verdosos, con el iris marrón y con la línea
negra de la garganta poco definida o ausente.
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