Fue construido en la segunda mitad del siglo XX
El Palacio del Acebrón, una antigua casa-palacio, hoy centro de interpretación de la vida en Doñana, fue mandado construir en la segunda mitad del siglo XX por Luis Pedro Espinosa Fontdevila, tercer hijo de una familia de bodegueros de La Palma del Condado. Este singular palacio que sorprende al visitante por ser una construcción nada propia de la zona, está situado en el entorno del Parque Nacional de Doñana, a 6 kilómetros del Centro de Visitantes La Rocina.
Luis Pedro Espinosa, que tenía fama de ser muy generoso con todos y no escatimaba en los jornales, terminó casi arruinado y se vio obligado a llegar a un acuerdo con la empresa Celulosa, quien se hizo cargo de sus deudas y le dio una asignación de 100.000 pesetas al mes, permitiéndole seguir habitando el palacio hasta su muerte, pasando luego todas sus propiedades a Celulosa. No obstante, la diabetes que padecía lo llevó a vivir sus últimos días en la casa de su guarda de confianza en la aldea del Rocío.