Una asociación de estudiantes ha hecho historia: ha construido y lanzado con éxito el cohete supersónico suborbital más potente construido hasta ahora en Cataluña y el más potente de España construido por universitarios.
El lanzamiento se realizó el 30 de noviembre, desde las instalaciones del Centro de Experimentación del Arenosillo (CDEA), del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), en el Arenosillo, Huelva.
La misión Bondar es producto
del tesón, el talento y la pasión por la tecnología y la aventura espacial de
diferentes generaciones de estudiantes que han pasado por la asociación Cosmic
Research de la Escuela Superior de Ingenierías Industrial, Aeroespacial y
Audiovisual de Terrassa (ESEIAAT) de la Universidad Politécnica de Cataluña -
BarcelonaTech (UPC). Ahora, los 16 estudiantes que actualmente integran esta
asociación, entre quienes hay tres estudiantes de la Universidad del País
Vasco, han hecho realidad su sueño.
El lanzamiento se realizó el
30 de noviembre, desde las instalaciones del Centro de Experimentación del
Arenosillo (CDEA), del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), en el
Arenosillo, Huelva, España.
El cohete, bautizado con el
nombre de 'Bondar' en homenaje a la primera astronauta canadiense, alcanzó
cerca de 8 kilómetros de altura (unos 7.800 metros), a una velocidad de 1.900
km/h.
Crónica
de un hito histórico
Después de años de trabajo,
el 30 de noviembre, los 16 estudiantes de Cosmic Research salían de Terrassa,
con su furgoneta cargada con el cohete Bondar y la plataforma de lanzamiento,
en dirección al Arenosillo, en Huelva, hasta llegar al campo de lanzamiento del
Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) del Ministerio de Defensa, en
unas instalaciones del Centro de Experimentación del Arenosillo (CDEA). Los
estudiantes de la ESEIAAT disponían, esa semana del 29 de noviembre al 3 de
diciembre, de ventanas de lanzamiento autorizadas por el Ministerio de Defensa.
Al llegar al Arenosillo los
deberes ya estaban hechos. Solo quedaba ensamblar el cohete, introducir el
motor y anclar en el suelo la plataforma de lanzamiento, construida por los
propios estudiantes, que pesa 248 kg y cuenta con una torre de 6,2 metros de
longitud, capaz de sustentar 50 kg de peso fuerza y de inclinarse a 75, 80, 85
y 90 grados.
El INTA había otorgado a los
estudiantes de Cosmic Research uno de los cinco días de esa semana para su
lanzamiento. Los estudiantes de la ESEIAAT habían elegido como día del
lanzamiento el 30 de noviembre, teniendo en cuenta las condiciones
atmosféricas, en una tarde soleada y sin viento. La cuenta atrás empezó a las
13 h. Cinco horas más tarde, el cohete Bondar alcanzó su altitud máxima, a unos
7.800 metros, a una velocidad de 1.900 km/h. Al alcanzar su altura máxima, la
ojiva del cohete se separó y cayó al mar, sustentada por un paracaídas. ¡Misión
cumplida!
Los 16 estudiantes de Cosmic Research son Daniel Cantos, Marc Martí, Víctor Ubieto, Xavier López, Marc Bermejo, Marc Bono, Javier Hidalgo, Adam El Ghaib, Oscar Ortega, Arnau Pena, Marc Casanovas, Néstor Fuertes y Alba Badia, todos ellos de la ESEIAAT, junto con Ander Hospital, Iñigo Bouzas y Laura Burgos, de la Universidad del País Vasco.
El
más potente de Cataluña
Bondar es un cohete de
aluminio, con una longitud de 2,61 metros, un diámetro de 131 mm y un peso de
33 kg. El cohete es modular y está formado por el módulo motor, el módulo de
recuperación y el módulo de aviónica. El módulo motor contiene propelente
compuesto por perclorato de amonio, aluminio y un aglutinante. Se trata de una
fórmula similar a la que utilizaban los cohetes secundarios de la lanzadera
espacial (Space Shuttle) de la NASA. El motor arde solo durante seis segundos,
suficiente para impulsar el cohete hasta 2,4 km de altitud; después sigue
ascendiendo por la propia inercia hasta unos 7.800 metros. Las cuatro aletas de
este módulo son fundamentales para estabilizar la trayectoria de Bondar.
El segundo módulo es el que
se ubica en el centro del cohete, llamado de recuperación. Para su caída en el
mar, contiene un paracaídas principal, un paracaídas piloto y una luz de
avistamiento. El tercer módulo, el de la aviónica, es el más complejo. Está
formado por la ojiva y un espacio donde viaja toda la electrónica, como
amplificadores de señales, dos antenas, baterías y detonadores de separación.
Su función es doble: enviar datos GPS al centro de control y activar los
detonadores. La zona de la ojiva se ha dejado libre para instalar en futuros
lanzamientos experimentos de pago.
En los últimos cinco años,
los estudiantes de Cosmic Research han lanzado 36 cohetes y han colaborado con
la Oficina Europea de Recursos para la Educación Espacial en España (ESERO) de
la Agencia Espacial Europea (ESA) en los concursos nacionales y autonómicos de
CanSat. A partir de ahora, serán recordados como el equipo de universitarios
que ha construido y lanzado el cohete más potente de Cataluña y el cohete
construido por estudiantes más potente de España.
Bondar,
una misión con acento femenino
Cosmic Research ha bautizado a todos sus proyectos que han precedido al Bondar con nombres de mujeres astronautas, como el proyecto Mukai, en honor a la astronauta japonesa Chiaki Mukai (Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional), y Resnik, en homenaje a Judith Resnik, la segunda astronauta de la historia en Estados Unidos, que murió en el accidente del transbordador espacial Challenger en 1986.
De hecho, quien coordina y
lidera este equipo de estudiantes es una mujer. Se trata de Alba Badia, sabadellense
de 20 años, estudiante de cuarto curso del grado en Ingeniería en Tecnologías
Industriales.
Alba Badia ha tomado las
riendas del proyecto este curso, tomando el relevo del anterior coordinador,
Víctor Ubieto, graduado el pasado curso. Badia explica que llegó a los estudios
de ingeniería industrial casi por casualidad: “Me gustaban las matemáticas, la
física y la química, pero no fue hasta el bachillerato cuando me decidí por la
ingeniería industrial. Los referentes que tenía eran hombres y no pensaba que
fuera una profesión para mi, hasta que supe en qué consistía y me di cuenta de
que me serviría para formarme en todas las tecnologías de las que disponemos”.
De hecho, para Alba Badia la
tecnología “es sinónimo de materializar todo lo que un día parecía inimaginable
porque no tiene límites; podemos llegar hasta donde nos propongamos. El reto
constante y encontrar la solución más inteligente es lo que más me atrae de la
ingeniería. Por eso me gustaría integrarme, en un futuro, en el sector espacial,
para ayudar a desarrollar la tecnología que inspire a las próximas generaciones
y que permita mejorar la vida de las personas”, asegura Alba.
Su interés por la tecnología
aeroespacial la animó a integrarse en la asociación Cosmic Research, que cuenta
con el apoyo del programa INSPIRE de la ESEIAAT. “Siempre me ha apasionado la
exploración espacial y la tecnología que hay detrás de los cohetes; Cosmic
Research me proporcionaba la posibilidad de poner en práctica la teoría que
aprendemos en clase y, además, podía transmitir a la sociedad el entusiasmo que
me llevó a estudiar ingeniería”, asegura Alba.
Sobre el ambicioso proyecto
Bondar, la joven estudiante valora “la visión global que me obliga a ver cada
fase y cada parte del proyecto como un todo, un conjunto de detalles y
decisiones orientados a un objetivo con el trabajo en equipo, en el cual todos
aportamos nuestra experiencia y nuestro compromiso. Esto nos obliga a salir
permanentemente de nuestras zonas de confort porque todos debemos hacer de todo,
desde calcular, diseñar y construir a buscar patrocinadores, gestionar un
presupuesto, difundir nuestras actividades, etcétera”.
Ni mucho menos las cosas
resultan fáciles en los proyectos que desarrolla Cosmic Research. En este
sentido, Alba Badia sostiene, por ejemplo, que “la legislación en el ámbito en
el que trabajamos es muy laxa, y esto nos genera incertidumbres a la hora de
planificar o diseñar. A veces, las cosas no salen ni a la primera ni a la
segunda, y debemos sacar la perseverancia, los ánimos y la fortaleza para
seguir adelante. Como ingenieras e ingenieros debemos ser metódicos y
ordenados, pero la visión 'túnel' que tenemos nos impide, en ocasiones,
transmitir ideas fuera de nuestra disciplina. Las reuniones generales que
mantenemos a menudo parecen la asamblea de la ONU, porque mecánicos,
eléctricos, aeroespaciales o electrónicos hablamos en nuestro propio idioma
tecnológico.”
Por otra parte, Alba Badia
manifiesta que “desgraciadamente, me he encontrado con situaciones incómodas
por ser una mujer. Siempre hay quien te pregunta cómo se toman los chicos que
seas una mujer y que tomes las decisiones del equipo. Por lo general no
encuentro actitudes machistas, pero es verdad que a pesar de tener más
experiencia que otros, a veces por el hecho de ser mujer no valoran mi opinión.
Tengo constantemente la sensación de que debo dar más que el resto para
demostrar que merezco estar al frente. Sin embargo, animo a las chicas para que
no se dejen intimidar por los estereotipos. ¡Seguid vuestro corazón y haced
aquello que os guste hacer!”, concluye, con entusiasmo, la estudiante.
Alba Badia nació en Sant Llorenç Savall en el año 2000. Actualmente, vive en Sabadell. Le gusta leer libros relacionados con el espacio y la tecnología, salir con sus amigos, ir al cine y navegar a vela. También es una seguidora del mundial de MotoGP, y encuentra siempre tiempo para realizar algún viaje, jugar al pádel y esquiar en invierno.
Apoyo
de instituciones
Para desarrollar esta
misión, Cosmic Research ha contado con dos colaboradores principales: por un
lado, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que ha hecho de
mentor durante todo el proceso y ha cedido las instalaciones de lanzamiento.
Por otra parte, tres estudiantes del grupo BiSKY Team, de la Universidad del
País Vasco, han ayudado en el desarrollo de la electrónica del cohete.
Además, el proyecto se ha
desarrollado con el apoyo de diversas empresas y entidades, que han patrocinado
a la asociación: la ESEIAAT, el Ministerio de Defensa, el Departamento de la
Vicepresidencia y de Políticas Digitales y Territorio de la Generalitat de
Catalunya, HP, Siemens, ASPY, i2cat, Aeroports de Catalunya, el Ayuntamiento de
Terrassa, Grupo ays, FabLab Terrassa, EPIDOR, Altair, Nefab, Sinerges item,
team gantt, LERMA, el Consejo del Estudiantado de la UPC, el Centro Avanzado de
Tecnologías Mecánicas (Cat Mech) de la Universidad y el CIM UPC. (Fuente: UPC)
Fuente:
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