El Alcaudón real
Su negro antifaz es uno de los rasgos más característicos del alcaudón real.
Foto: Estela Gil Costa.
Por Rafael R. Porrino
Todo caminante que se adentre por carriles,
sendas y rayas de los pinares del entorno de Mazagón se habrá topado, a buen
seguro, con un pequeño pájaro de tonos grises, cabeza potente con antifaz, pico
fuerte y pose altiva, que a modo de vigilante otea los alrededores desde
alguna improvisada atalaya. Se trata del alcaudón real Lanius
meridionalis, un paseriforme de talla media que hace décadas gozó de
gran popularidad de nuestro país cuando se coló en los salones de muchas
familias españolas de la mano del añorado Félix Rodríguez de
la Fuente.
Fotograma del capítulo dedicado al Alcaudón real en la serie El Hombre y la Tierra. Ver en YouTube
Se trata de un ave muy carismática, puesto que a pesar de su talla no se amilana y no duda en capturar presas que con frecuencia doblan su tamaño, como ratoncillos, pajarillos o pollos de otras aves, además de lagartijas y otros reptiles, e insectos grandes. Se le atribuye por ello gran bravura, lo que unido a su costumbre de empalar a sus presas en pinchos de vallas o de arbustos -para así poder despedazarlas- le ha dado fama de “carnicero”.
Oteando el suelo desde su posadero, en busca de presas.
Tiene querencia a permanecer posado en copas de árboles, postes, cables o montones de leña, desde donde escudriña el suelo y los arbustos en busca de presas. Por ello se trata de una especie muy conspicua y de fácil detección, a la que además difícilmente confundiremos con ninguna otra, con la excepción quizá del rabilargo ibérico, con el que comparte algunos rasgos.
Alcaudón real en la copa de un pino, una de sus estampas más habituales.
Foto: Mª Pilar González Sánchez.
Otra de las cualidades del alcaudón real es
relativa a su voz: a pesar de no tener un canto desarrollado ni
melódico, emite gran diversidad de trinos, llamadas y gorjeos, entre los que
intercala imitaciones de algunas otras aves.
Canto del alcaudón real
Fuente: www.xeno-canto.org
Es el alcaudón real un animal que rehúye de
bosques cerrados, siendo su hábitat preferido las zonas abiertas con
matorral y arbolado disperso o poco denso, así como áreas agrícolas y campiñas.
Ocasionalmente se ve favorecido por los grandes claros que se crean tras
producirse incendios en áreas antes boscosas, como ha ocurrido en
nuestro propio entorno.
El incendio de 2017 creó claros en zonas antes
boscosas, que han sido aprovechados por animales como el alcaudón real.
Habida cuenta de la baja diversidad y escasa
abundancia de aves que presentan los pinares cercanos a Mazagón, se agradece el
toparse de cuando en cuando en nuestros paseos con algún alcaudón real
vigilante desde su atalaya, emitiendo su rechinante llamada, y quien con
frecuencia volará en corto al detectarnos, posándose unos cuantos pinos más
allá.
Aun siendo una de las especies de aves más
comunes de España, y de cobijar nuestro país la principal población europea,
presenta desde hace muchos años un fuerte y preocupante declive. Cada vez hay menos alcaudones, lo que se achaca
a la progresiva mayor escasez de presas (grandes insectos y pequeños
vertebrados) por el uso de pesticidas, así como a los cambios de uso de la
tierra.
Típico hábitat de la especie en el entorno de
Mazagón.
Se trata de un ave sedentaria, que no obstante realiza desplazamientos de corto alcance en invierno. En los alrededores de Mazagón se ve todo el año, siendo algunas de las zonas donde se puede encontrar las dunas junto al camping de Cuesta de la Barca, el paraje de las Lagunas de Moguer, o el sendero de Ribetehilos, entre muchos otros sitios.