El pueblo de Moguer celebró ayer con varias actividades el 106 Aniversario de Boda entre Zenobia y Juan Ramón, orgulloso de una de las relaciones más fructíferas que ha dado la literatura universal.
El acalde de Moguer,
Gustavo Cuéllar, se sumaba a este acto de homenaje organizado por la Casa Museo
Zenobia Juan Ramón Jiménez y por la Asociación de Mujeres de Moguer Zenobia,
para seguir manteniendo vivo el recuerdo de un amor incondicional que marcó la
trayectoria vital y profesional del poeta moguereño.
La sobrina-nieta del
Premio Nobel, Carmen Hernández Pinzón, viajó desde Madrid para seguir honrando
la memoria del matrimonio y continuar donando a la Fundación del Nobel
documentos personales de la pareja, concretamente unas 200 cartas que Zenobia
escribió a su madre y una agenda con anotaciones hechas por la esposa del
Nobel. Para Carmen, una mujer luchadora, sensible y generosa ‘todo lo de Juan
Ramón debe estar Moguer’, de ahí su interés por seguir aportando todo el
material posible a la Fundación y al centro de estudios juanramoniano.
No podían faltar en este
día tan especial las flores amarillas que tanto gustaban al matrimonio como las
que depositaron a los pies de la escultura que Moguer dedicó a la ‘americanita
de Malgrat de Mar’ en la céntrica plaza del Marqués.
Protagonistas fueron también los versos de Juan Ramón Jiménez en las voces del director de la casa museo, Antonio Ramírez, y en las de varias integrantes de la asociación Zenobia, entre ellas su presidenta, Pepi Caeiro, que realizaron una emotiva lectura en patio de las flores de la casa-museo.
Momentos llenos de
profunda admiración hacia Zenobia y Juan Ramón a los que se unieron las
concejalas de Cultura, Asociaciones y Educación, junto a la investigadora
juanramoniana Soledad González Ródenas y la directora de la Catedra Juan Ramón
Jiménez de la Universidad de Huelva, Rosa García.
El centésimo sexto aniversario de boda entre Zenobia y Juan Ramón se cerró con la inauguración de la nueva sala del Centro de Estudios Juanramonianos, que pasará a llamarse ahora Carmen Hernández Pinzón, un nombramiento que esta madrileña enamorada de Moguer recibió emocionada y agradecida.