Desde
hoy puede admirarse en la casa-museo Zenobia-Juan Ramón de Moguer la Pieza del
Mes de junio que conmemora el 80 aniversario de la publicación de Españoles de
Tres Mundos, un libro en el que el poeta moguereño ensalza las figuras de más
de 60 personalidades culturales, artísticas o científicas.
Publicado por vez primera en 1942 en Buenos Aires por la editorial Losada, Españoles de Tres Mundos nos permite acercarnos al pensamiento de Juan Ramón a través de las reflexiones y comentarios que el autor de Platero realiza a modo de caricaturas sobre algunas de las personas más influyentes del momento, muchas de ellas amigas personales del moguereño.
El director de la Fundación Zenobia-JRJ, Antonio Ramírez, y la concejala de Cultura de Moguer, Eva Rodríguez, han presentado junto a la investigadora Rocío Bejarano, el interesante material sobre esta primera edición que se muestra en una vitrina justo en el patio de entrada a la casa.
En la portada de la primera edición, bajo el título y los subtítulos de la obra, el libro llevaba entre paréntesis dos fechas (1914-1940), señalando así los límites cronológicos dentro de los cuales se había gestado. Como en casi todas las obras de Juan Ramón esta gestación fue lenta y continuada y, en realidad, no concluyó con la edición del libro que hoy celebramos, en el que se reúnen 61 caricaturas, ya que en la página inicial del prólogo se advertía al lector que el libro entero constaba de unas 150, con lo cual se dejaba abierta la posibilidad de una ampliación que al fin nunca se llevó a cabo.
En fecha relativamente
lejana Juan Ramón Jiménez comenzó a publicar en diarios y revistas retratos y
caricaturas de españoles por los que sentía admiración, en principio maestros o
amigos suyos. Más adelante el poeta amplió el círculo de su interés y escribió
siluetas literarias de personajes hispanoamericanos; principalmente de
escritores y artistas, pero no sólo de ellos, ya que también se incluyen textos
dedicados por el Nobel a científicos, educadores o políticos.
Algunas de esas páginas fueron rectificadas más tarde y otras Juan Ramón quiso completarlas con imágenes tomadas desde diferente punto de vista como hizo, por ejemplo, con la segunda evocación de Antonio Machado, escrita después de morir el autor de Soledades.