José María Galán, guía de Doñana y único rastreador de España, explica la importancia de las pisadas fosilizadas que los temporales han dejado al descubierto en la costa de Huelva
Fuente: www.elconfidencial.com
Por María José Guzmán. Sevilla
Justo en la misma populosa playa de Matalascañas, repleta hoy de bañistas, hace unos 106.000 años los neandertales buscaban el agua de las lagunas que se formaban entre dunas en un territorio costero donde ahora hay acantilados y que se conoce como el Asperillo. Entonces esa playa de Huelva tenía unos cinco kilómetros más de anchura, pero el entorno era muy similar al que se puede ver en Doñana. Donde ahora hay sombrillas y neveras, aquellos hombres primitivos buscaban el rastro de las manadas de elefantes gigantes de colmillos rectos, jabalíes de hasta 300 kilos de peso y uros o toros salvajes de hasta dos metros de altura, la megafauna prehistórica que convivió en esta zona de Europa.
Este asombroso relato forma parte de uno de los hallazgos de la ciencia más importantes de los últimos dos años: la identificación de las que son las pisadas más antiguas del Pleistoceno Superior de todo el mundo. Un descubrimiento que este mes de septiembre el Ayuntamiento de Almonte quiere poner en valor y en el que continúan trabajando los investigadores de la Universidad de Huelva y de Sevilla que tiraron del hilo que proporcionó un guía de Doñana, José María Galán. Este almonteño es el único rastreador que existe en España, es uno de los más reconocidos internacionalmente y ha revitalizado este oficio, que es ciencia y también arte, tras aprender las técnicas de los indígenas africanos, los bosquimanos.
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