La Avenida de los Conquistadores de Mazagón lleva varios días sin alumbrado público y por las noches se convierte en “la boca del lobo” para los vecinos, con la consecuente inseguridad ciudadana y el peligro que conlleva para las personas por caídas en resaltos y escalones.
Muchos de estos vecinos, que tienen aquí su segunda vivienda se encontraron con esta sorpresa el pasado jueves por la noche cuando llegaron a Mazagón para disfrutar del ansiado puente de mayo. Esperaban que fuera una avería puntual y que el servicio sería restablecido en poco tiempo, pero hasta ayer domingo las únicas luces que han podido ver desde sus casas, han sido las de los barcos.
Nadie se explica por qué las autoridades municipales, siendo conocedoras de la situación desde el primer momento por los avisos de los vecinos, que la Policía Local lo ha podido constatar en sus rondas, todavía no le hayan dado una solución.
¿Hubiera ocurrido lo mismo si esta avería se hubiera producido en la calle Rábida de Palos de la Frontera o en la calle Andalucía de Moguer? No, seguro que no. Creo que este es un buen motivo para volver a reflexionar sobre la olvidada segregación municipal de Mazagón.
José Antonio Mayo Abargues