Avenida Fuentepiña, centro neurálgico de Mazagón, con un austero alumbrado navideño.
La decoración navideña de Mazagón está dejando mucho que desear este año y está siendo motivo de numerosas quejas por parte de los vecinos, que han expresado en las redes sociales su malestar por el retraso de la instalación del tradicional alumbrado que contribuye a crear esa atmósfera festiva. Y es que hasta bien entrado el mes de diciembre, no se había terminado de instalar la iluminación ornamental.
Pero lo que más ha suscitado la indignación de los vecinos ha sido la “decoración” de las rotondas con unas figuras que han sido utilizadas en las cabalgatas de Reyes de años anteriores y que estaban olvidadas en los almacenes municipales del Ayuntamiento de Moguer.
Muy criticada está siendo también la ridícula estructura metálica de un árbol, instalado en la puerta del edificio de la Mancomunidad, que si bien ha sido decorado con mucha ilusión con manualidades realizadas por los niños del colegio El Faro, está provocando una lamentable polémica entre los vecinos.
La decoración navideña no solo alegra la vida de los vecinos, también repercute de manera directa en el turismo y la hostelería, principal sostén de la economía local. Esta decoración es un atractivo para los consumidores y no debe ser considerada como un gasto innecesario para el ayuntamiento, sino como una inversión. Una población costera como es Mazagón, que vive en un largo letargo en los meses de invierno, necesita un respiro económico en el mes más mágico del año por excelencia, donde no tiene cabida la austeridad y el mal gusto.
José Antonio Mayo Abargues