La laguna de Moguer después de las últimas lluvias
José Antonio Mayo Abargues
mayoabargues@gmail.com
10 de abril, 2024
Todos nos hemos
acordado esta Semana Santa de esa popular canción infantil, que tuvo su origen en la leyenda del Santuario de
la Cueva Santa de Altura, en Segorbe (Castellón): Que llueva, que llueva, la
Virgen de la Cueva… Y cayó el chaparrón, vaya si cayó.
La borrasca Nelson que
azotó España durante esta Semana Santa, la más lluviosa en lo que va de siglo,
ha causado numerosos daños e incidencias y ha obliga a suspender procesiones
y reservas hoteleras, dejando un sabor
amargo en el sector turístico, que ha visto frustradas sus previsiones, ya que
esperaba batir el récord de ocupación y gasto en estas fiestas.
Pero todo no iba a ser
negativo. “Nelson” se ha cargado la Semana Santa, pero ha recargado los
embalses, poniendo freno a la grave sequía que ya había comenzado a provocar
estragos en la agricultura y la ganadería. Nunca llueve a gusto de todos, dice
el refrán, pero el agua era necesaria.
Después de las últimas
lluvias los embalses andaluces superan el 42% de su capacidad, con 5.108 hm3 almacenados. En Huelva los embalses han alcanzado el 51%, una cifra
superior a la del año pasado por la misma fecha.
Muy importante también ha sido la recuperación de Doñana, donde estaban encendidas todas las alarmas por la sequía, y como consecuencia de ello, por el descenso histórico del censo de animales. Doñana agonizaba y estas lluvias le han dado un respiro. En términos pugilísticos podemos decir que nos ha salvado la campana.