La responsable de Izquierda Unida en la capital recuerda que el comité de expertos optó por “seguir investigando”, pero desde el Ayuntamiento “han preferido enterrarlos”
Balsa de fosfoyesos
26 de diciembre 2024
La coordinadora de Izquierda Unida en Huelva capital, Mónica Rossi, ha lamentado la “oportunidad que los onubenses hemos perdido” de participar en el proyecto europeo FIC-Fighter dotado con 10 millones de euros y que abordará el problema de 6 balsas de residuos en Europa y del que Huelva se ha quedado fuera por la negativa del equipo de gobierno de Pilar Miranda, a “seguir investigando” tal y como señalaba el informe del comité de expertos “que se ha obviado para tapar el problema bajo una capa de tierra”.
Este proyecto, es “una alternativa real al problema de nuestra ciudad con las balsas de fosfoyesos y nos da la razón en cuanto a nuestra negativa a apoyar el proyecto Restore 20/30 que está desarrollando Fertiberia” al mismo tiempo que avala el informe del comité de expertos que decía que había que seguir investigando.
Para Rossi, tanto Gabriel Cruz (PSOE) al final de su mandato, como Pilar Miranda (PP) al inicio del suyo, han trasladado un relato “engañoso, señalando que la única solución a las balsas era la que proponía la empresa que había contaminado durante 40 años”.
“Los que defendíamos que había que seguir investigando y plantear otras alternativas con este proyecto vemos ahora que había una alternativa real al problema y mientras en otras ciudades se va a trabajar en la reutilización de estos fosfoyesos en Huelva nos vamos a quedar con los residuos enterrados de aquí a la eternidad”.
Sobre FIC-FIghters
El objetivo general del proyecto FIC-Fighters es coger el residuo contaminado y convertirlo en algo con una segunda vida, teniendo en cuenta el condicionante del nivel de contaminación que pueda tener.
Las previsiones para Huelva que tenía la empresa responsable del proyecto es que se podrían transformar 120 millones de toneladas de residuos en casi 70 millones de toneladas de calcita y en alrededor de 100 toneladas de sulfato de sodio, dos componentes con numerosas aplicaciones. Sin embargo “las prisas por enterrar la contaminación a unos cuantos cientos de metros de la capital nos han hecho descabalgarnos de esta investigación”.